A pesar de la legalización de la compra y venta de viviendas en Cuba, la falta de liquidez impide el despegue del mercado inmobiliario, indicó la abogada Laritza Diversent en declaraciones a Radio Martí.
Diversent, quien trabaja en el Registro de la Propiedad del municipio capitalino de Arroyo Naranjo añade que de acuerdo con su experiencia, en su centro laboral entran muy pocas escrituras de compra-venta, pues “la ciudadanía no tiene liquidez para adquirir esos inmuebles; no aparecen compradores.”
Una vecina de La Habana, llamada Marcia, anuncia la venta de su casa en el sitio digital El Revolico hace ya dos meses, pero hasta el momento confiesa que solo ha recibido dos llamadas.
El periodista Iván García, en contacto con varias personas que se dedican a la compra venta de casas, indica que uno de los complementos de esta ley deberían ser la existencia de préstamos bancarios.
“En cualquier lugar del mundo para comprar una casa o un coche se paga a plazos”, explica García, quien opina firmemente que los préstamos bancarios para comprar una propiedad lograrían dinamizar ese sector.
La necesidad ha convertido al Paseo del Prado en la capital del país en una informal plaza de vendedores de propiedades. Desde allí una reportera de la agencia informativa Rusia Today entrevista a un vecino del lugar, Sergio Fernández: “Está un poco difícil porque hay mucha gente vendiendo y poca comprando.”
Agrega que “cuando no estaba legalizado esto, se vendían más fácil, ahora es legal, pero hay mucha gente vendiendo y como hay mucha competencia la gente compra la que más le gusta.”
Para los cubanos la nueva ley les ha permitido disponer de sus hogares como verdaderos propietarios, pero los bajos salarios, de un promedio de 20 dólares mensuales, les impiden ver la compra de una vivienda como algo más que una posibilidad.
La abogada Diversent señaló que después de la legalización de la compra y venta el precio de las propiedades bajó. “Antes solo estaba buscando casa el que quisiera comprarla, ya una vez que es legal, pues ya la gente dice: voy a vender mi casa y me voy a comprar otra. Ya hay una oferta,” concluye.
Diversent, quien trabaja en el Registro de la Propiedad del municipio capitalino de Arroyo Naranjo añade que de acuerdo con su experiencia, en su centro laboral entran muy pocas escrituras de compra-venta, pues “la ciudadanía no tiene liquidez para adquirir esos inmuebles; no aparecen compradores.”
Una vecina de La Habana, llamada Marcia, anuncia la venta de su casa en el sitio digital El Revolico hace ya dos meses, pero hasta el momento confiesa que solo ha recibido dos llamadas.
El periodista Iván García, en contacto con varias personas que se dedican a la compra venta de casas, indica que uno de los complementos de esta ley deberían ser la existencia de préstamos bancarios.
“En cualquier lugar del mundo para comprar una casa o un coche se paga a plazos”, explica García, quien opina firmemente que los préstamos bancarios para comprar una propiedad lograrían dinamizar ese sector.
La necesidad ha convertido al Paseo del Prado en la capital del país en una informal plaza de vendedores de propiedades. Desde allí una reportera de la agencia informativa Rusia Today entrevista a un vecino del lugar, Sergio Fernández: “Está un poco difícil porque hay mucha gente vendiendo y poca comprando.”
Agrega que “cuando no estaba legalizado esto, se vendían más fácil, ahora es legal, pero hay mucha gente vendiendo y como hay mucha competencia la gente compra la que más le gusta.”
Para los cubanos la nueva ley les ha permitido disponer de sus hogares como verdaderos propietarios, pero los bajos salarios, de un promedio de 20 dólares mensuales, les impiden ver la compra de una vivienda como algo más que una posibilidad.
La abogada Diversent señaló que después de la legalización de la compra y venta el precio de las propiedades bajó. “Antes solo estaba buscando casa el que quisiera comprarla, ya una vez que es legal, pues ya la gente dice: voy a vender mi casa y me voy a comprar otra. Ya hay una oferta,” concluye.
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