El ex jefe del Gobierno español Felipe González afirmó este jueves, a propósito de la condena al opositor venezolano Leopoldo López, que en el Chile del dictador Augusto Pinochet se respetaban más los Derechos Humanos que en la Venezuela actual.
Durante una comparecencia pública junto a la esposa de López, Lilian Tintori, de visita en Madrid, el exmandatario socialista (1982-1996) recordó un viaje suyo a las cárceles de Chile durante el último régimen militar (1973-1990) y lo comparó con la Venezuela del presidente Nicolás Maduro.
"Visité a dos condenados por la dictadura, que salieron después, en pleno estado de sitio en Chile. Pues el estado de sitio del Chile de Pinochet respetaba más los Derechos Humanos que el paraíso de paz y prosperidad de Maduro", opinó González.
El político español señaló que el Gobierno de Venezuela no ha dado garantías de que se vayan a celebrar las elecciones legislativas previstas para el 6 de diciembre. Según él, Maduro teme el veredicto de las urnas, a diferencia de su antecesor, el fallecido Hugo Chávez.
"Yo tenía todas las diferencias del mundo con Chávez, pero a Chávez nunca le dio miedo confrontarse electoralmente. El problema de Maduro es que está asustado de tener que dar la cara en unas elecciones limpias. Al otro no le daba miedo eso", aseguró González.
El expresidente español defendió que Leopoldo López no ha cometido ningún delito, que su juicio fue una burla a todas las garantías legales y que el de Maduro es "un régimen arbitrario y tiránico" que está "traicionando" a la democracia.
Líder del ala radical de la oposición, López fue sentenciado a 13 años y nueve meses de cárcel el pasado jueves por las protestas contra el Gobierno que dejaron 43 muertos entre febrero y mayo de 2014.
Por su parte, la esposa de López contó que su marido está aislado desde hace cinco meses en un edificio carcelario de 30 celdas, donde sólo él ocupa una. El habitáculo mide dos metros por dos y recibe continuamente "tratos inhumanos", afirmó Tintori, que antes había sido recibida por el actual presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en el palacio de la Moncloa y por Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).