Fiesta incompleta del béisbol cubano

  • Yordanis Manrique / Especial para martinoticias.com
Sus deportistas del exilio no cuentan en su Historia. Se los trago el silencio de los medios nacionales de información- los únicos a los que tiene acceso la mayoría de los habitantes- mientras se espera que el tiempo borre su huella del populacho.

Aunque Cuba anunció a través de Antonio Castro, hijo del exgobernante Fidel Castro y actual presidente de la IBAF que se analizarían las relaciones con los peloteros desertores, podemos afirmar que nuevamente la pelota pica y se extiende en el interior de la Isla como si tuviesen todo el tiempo del mundo para corregir sus errores o el mundo se sentara a esperarlos.

Tras medio siglo de la primera Serie Nacional, las celebraciones en este 2012 con tal motivo no contarán con algunas de sus más preciadas estrellas. Entre vítores y alabanzas para Fidel Castro, quien desintegró la Liga Cubana de Béisbol Profesional y anunció que la Isla iba a tener grandes peloteros- ¡qué noticia para una tierra que sus aborígenes jugaban a los batos y le conoce a la bola desde finales de su primera guerra de independencia!- el cumpleaños de la pelota deja puestos vacantes.

Sus deportistas del exilio no cuentan en su Historia. Se los trago el silencio de los medios nacionales de información- los únicos a los que tiene acceso la mayoría de los habitantes- mientras se espera que el tiempo borre su huella del populacho.

Ahora solo se destacan las jugadas de Omar “El Niño” Linares, Braudilio Vinent, Víctor Mesa, Luis Giraldo Casanova, Antonio Muñoz, Armando Capiró, Agustín Marquetti, Santiago “Changa” Mederos, Pedro Luis Lazo, Miguel Cuevas, José Antonio Huelga, Orestes Kindelán, Pedro José Rodríguez o Wilfredo Sánchez, entre muchos otros, exceptuando a quienes buscaron un mejor futuro para sus vidas.

De aquí a unos años, cuando se revise en los periódicos de la Isla, le será difícil comprender a los nativos las extrañas desapariciones de ídolos preferidos del deporte nacional como Yuniesky Betancourt, Aroldis Chapman, Kendry Morales, Yunel Escobar, Alexei Ramírez, Danys Báez, José Ariel Contreras, Dayan Viciedo o Livan Hernandez por solo mencionar algunos.

A estos hijos pródigos de las cuatro bases, la política no los deja regresar a su tierra o visitarla, sin embargo, en el calor de las peñas deportivas, en la conversación en una esquina, el interior de una casa o a través de videos grabados por antenas ilegales, la sintonía secreta de una emisora extranjera o el intercambio con la comunidad de exiliados, la millonaria afición de la Isla no les pierde pie ni pisada y cuanto le gustaría verlos jugar en el patio.

Solo en el 2011, los peloteros cubanos activos en las Grandes Ligas ganaron más de 37 millones de dólares, promediando 2,5 millones por cada uno. ¿Cuántos regalos de Castro se pueden comprar con esa cifra?

Los más cotizados del lustro anterior fueron el hijo de padres cubanos y nacido en Nueva York, Raul Ibáñez, quien como titular de los Philis de Filadelfia se embolsó 12 millones, seguido por Yuniesky Betancourt con 4 millones 300 mil en la novena de los Cerveceros de Milwaukee y al relevista de los Rojos de Cincinnati, Aroldis Chapman, con 3 millones 385 mil dólares.

En la guerra del socialismo cubano contra el profesionalismo, el destierro beisbolero incluye a los que también lo dieron todo para que Cuba exponga en sus vitrinas tres títulos olímpicos y veinticinco mundiales. ¿Quién le puede quitar el título de cubanos a Rene Arocha, Rey Ordoñez, Edilberto Oropesa, Hansel Izquierdo, Michael Tejera, Alexis Sanchez,Vladimir Nu;ez, Larry Rodriguez, Ariel Prieto, Rolando Arrojo, William Ortega, Osmany Santana, Orlando “El Duque” Hernández o José Ariel Contreras?

Desquiciado quien se crea con el derecho de excluir o borrar al deporte o al arte a través del olvido. Hitler lo hizo y quedo muy mal parado aunque todavía otros le sigan el ejemplo. Cuando se puede mirar Cuba desde fuera se recupera de un golpe todo cuanto pretende borrarse en la patria. La afición, esos protagonistas de las gradas, disfruta del bien de sus hijos en cualquier lugar donde se encuentren, orgullosos siempre de la sangre cubana que hace brillar el béisbol de la Isla.

¿Se aceptará nuevamente la entrada de los peloteros desertores a Cuba? ¿Cuándo?