El informe de Libertad en el Mundo 2021 de la organización defensora de los derechos humanos, Freedom House, mantiene a Cuba en la categoría de países que no son libres, donde ha retrocedido un punto con respecto al año anterior.
El informe señala que “el estado comunista de partido único de Cuba proscribe el pluralismo político, prohíbe los medios independientes, reprime la disidencia y restringe severamente las libertades civiles básicas”.
El documento dice además que el gobierno cubano sigue dominando la economía a pesar de las recientes reformas que permiten cierta actividad del sector privado. El carácter antidemocrático del régimen no ha cambiado a pesar de una transición generacional en el liderazgo político entre 2018 y 2019 que incluyó la introducción de una nueva constitución, indica Freedom House.
El informe menciona que en ocasiones, el gobierno citó la pandemia para justificar la represión de las concentraciones de disidentes. Da como ejemplo cuando miembros del Movimiento San Isidro, un colectivo de artistas disidentes, se reunieron y se declararon en huelga de hambre en noviembre para protestar por la detención del rapero Denis Solís.
La policía los detuvo violentamente con el pretexto de controlar la propagación del coronavirus. Esto dio lugar a una sentada de numerosos artistas e intelectuales en el Ministerio de Cultura. Freedom House opina que, si bien el gobierno inicialmente acordó negociar con el grupo, los participantes de la protesta luego denunciaron acoso policial, intimidación y cargos por violar las restricciones de salud.
En las secciones sobre procesos electorales, pluralismo político y derechos de asociación, Freedom House le da a Cuba 0 puntos de un máximo de 4.
El informe apunta a que “ninguno de los funcionarios electos nominalmente de Cuba se elige mediante contiendas libres y justas, y las decisiones políticas importantes están reservadas en la práctica para el liderazgo del Partido Comunista”.
Señala además que la corrupción sigue siendo un problema grave en Cuba, y la ilegalidad generalizada impregna la vida cotidiana.
En libertad religiosa, Freedom House dió 3 puntos de un total de 4, señalando que “la libertad religiosa ha mejorado durante la última década, pero los obstáculos oficiales aún dificultan que las iglesias funcionen sin interferencias”.
El informe menciona además que aunque “los cubanos a menudo se involucran en discusiones privadas sólidas sobre temas cotidianos como la economía, o las dificultades para acceder a Internet, tienden a evitar discutir temas políticos más sensibles como los derechos humanos y las libertades civiles ya que los Comités de Defensa de la Revolución ayudan a las agencias de seguridad monitoreando, informando y reprimiendo la disidencia.
“Las restricciones a la libertad de reunión siguen siendo una forma clave de control político”, expresa el documento, añadiendo que “las fuerzas de seguridad y los asaltantes respaldados por el gobierno disuelven habitualmente reuniones pacíficas o protestas de disidentes políticos y activistas cívicos”.
Sobre el sistema judicial , Freedom House menciona que “la violación sistemática del debido proceso por parte del régimen se ilustra regularmente con casos criminales inventados contra disidentes y periodistas independientes, muchos de los cuales fueron denunciados durante o continuaron hasta 2020.
Incluyeron casos contra el líder de UNPACU José Daniel Ferrer, el artista Luis Manuel Otero Alcántara, el rapero Denis Solís, el periodista Roberto Quiñones y Silverio Portal, un activista que cumplió una condena de cuatro años de prisión por “desacato” y “desorden público” en diciembre.
Según el grupo de derechos humanos, si bien muchos detenidos políticos permanecen recluidos durante breves períodos o, finalmente, son liberados de la prisión, siguen sujetos a nuevos cargos y a reclusión extralegal o acoso por parte de las autoridades.