Anna Neroeva, la hija del ruso cuyo cadáver acabó por error en Canadá, asegura que la familia aún no sabe lo que ocurrió con su padre y que el cuerpo del hombre permanece en una morgue de ese país.
"Lo más probable es que las autoridades simplemente no quieran entender lo que sucedió. En cuanto a papá, solo fue a cambiar dinero y no regresó", dijo la mujer a medios locales.
Neroeva, residente en Chelyabinsk, contó que enterraron "a la persona equivocada. Papá nunca fue devuelto". El hombre desapareció el 22 de marzo y su novia, con la que viajó a Cuba, hizo la denuncia.
“La llevaron hasta el cadáver. Según ella, el cuerpo estaba cubierto, sólo la cabeza quedó expuesta. Se lo mostraron y enseguida se la llevaron de allí. Quería armar un escándalo para descubrir qué pasó pero le dijeron que se había metido en el agua y que probablemente sufrió un infarto o se ahogó”, detalló.
En Cuba comenzaron a realizar los exámenes para determinar la causa exacta de la muerte del hombre y enviar el cuerpo a Chelyabinsk. Luego de tres semanas recibieron a otra persona.
"Estaba en estado de shock. Mis familiares me hicieron preguntas: '¿Quién es este?' Es decir, ¿por qué se ve tan diferente? Los sacerdotes me aseguraron que es normal que ocurran este tipo de cambios al embalsamar el cuerpo", detalló.
"Unos días después, la embajada de Canadá se puso en contacto con la novia de mi padre. Resultó que el cuerpo estaba en ese país", agregó.
Un error sin resolver
En abril pasado los familiares del turista canadiense Faraj Allah Jarjour, de origen sirio, contaron a la prensa de su país que el hombre había muerto durante unas vacaciones en Varadero y que, tras pagar diez mil dólares por la repatriación del cuerpo, habían recibido un cadáver equivocado.
Allah Jarjour, de 68 años, murió tras sufrir un infarto mientras se bañaba en la playa. La mala gestión hizo que el cadáver del hombre permaneciera durante unas ocho horas tirado en la arena a la espera de los trámites correspondientes.
El hombre se hospedó el 20 de marzo en el Mélia Varadero y falleció dos días después. Según la familia, no había socorristas cerca de la playa, ni personal médico en las instalaciones del hotel. Cuando recibieron el cuerpo en Canadá en el ataúd había un ruso, unos 20 años menor que Faraj.
Tras lo ocurrido el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla tuvo que pedir disculpas en la red social X a su homólga, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, por el error.
El funcionario, que calificó el hecho como un "incidente desafortunado", dijo que La Habana estaba investigando lo ocurrido.
A finales de abril, más de un mes después de la muerte, la familia del sirio confirmó que habían localizado a su padre en Rusia. No se supo más hasta ahora que Neroeva reveló otros detalles de lo ocurrido.
"Tendremos una prueba de ADN y una exhumación para enviar el cadáver a los canadienses", dijo y aclaró que su padre, desde hace dos meses, "todavía está en la morgue".