Prófugo estadounidense en Cuba confía en no ser extraditado

El asesino convicto y prófugo estadounidense, Ishmael Muslim Ali, en su casa en Cuba. (Captura de imagen NYT)

Ishmael Muslim Ali secuestró un vuelo de American Airlines, en 1984, y lo hizo aterrizar en La Habana para escapar de múltiples penas de cadena perpetua por el asesinato de ocho personas en EEUU.

El prófugo estadounidense Ishmael Muslim Ali, condenado en Estados Unidos y en la lista de los más buscados del FBI, refugiado en Cuba desde hace 30 años, afirmó que no cree que el régimen de La Habana lo extradite.

En entrevista telefónica con The New York Times, Ali dijo estar seguro de que el Gobierno comunista cubano no lo va a devolver, pues "la postura de Trump es un retorno a la vieja animosidad de la guerra fría".

Ali secuestró un vuelo de American Airlines, en 1984, y lo hizo aterrizar en La Habana para escapar de múltiples penas de cadena perpetua por el asesinato de ocho personas en Estados Unidos en 1972.

Durante las tres décadas que ha vivido en la Isla, se casó dos veces, tiene hijos, se dedicó a dar clases de inglés y trabajó como traductor.

Las demandas del presidente Donald Trump, pronunciadas en Miami en junio pasado, contienen los habituales requisitos de EEUU para Cuba: elecciones libres y justas, permitir una oposición política y abrir su economía. Pero también una petición para la extradición de todos los condenados estadounidenses que han huido a la isla en busca de refugio.

Lista de fugitivos de la justicia americana que encontraron refugio en Cuba.

Entre ellos se encuentra Joanne Chesimard, buscada por escapar de la cárcel mientras cumplía una cadena perpetua por el asesinato de un policía estatal de Nueva Jersey, y cerca de 70 personas más que se han refugiado en la nación comunista.

"Quieren que se respete su soberanía", dijo Ali en una entrevista telefónica desde Cuba a NYT, entre sus primeros comentarios públicos en tres décadas. "No van a dejar que nadie los intimide", concluyó, en referencia al gobierno cubano.

(Redactado por Armando de Armas, con información del NYT)