LA HABANA (AP) — El gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron el viernes en Cuba un acuerdo para un cese al fuego bilateral por un periodo preliminar de 180 días, el paso más concreto surgido hasta ahora de una mesa de diálogo entre ambos actores para lograr un acuerdo de paz en el país andino.
Encabezados por el presidente colombiano, Gustavo Petro, y el máximo comandante guerrillero, Antonio García -cuyo nombre legal es Eliécer Herlinto Chamorro Acosta-, los negociadores de ambas partes dieron a conocer el convenio al cierre del tercer ciclo de la mesa de diálogo. Es considerado como el más importante pacto hasta ahora en esas conversaciones y generó alta expectativa en Colombia.
"Este tipo de acuerdo es una luz de esperanza de que los conflictos pueden resolverse... por la vía diplomática, por la vía política", apuntó Pablo Beltrán, comandante guerrillero que estuvo al frente de la mesa por el ELN, durante la ceremonia realizada en las afueras de La Habana. También participó el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, así como los diplomáticos de los países garantes del proceso.
"Este cese que busca fundamentalmente un propósito humanitario de rebajar la intensidad del conflicto", agregó Beltrán.
Las negociaciones con el ELN, considerada la última guerrilla activa en el país sudamericano tras la histórica firma de la paz en noviembre de 2016 entre el entonces gobierno del mandatario Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se reactivaron con fuerza tras la llegada al poder de Petro, el primer líder de izquierda en esa nación y que prometió erradicar la prolongada violencia armada a través del diálogo.
De acuerdo con el documento pactado el viernes, el cese del fuego se realizará en fases y se espera que el 3 de agosto arranque su implementación. El convenio determinó que el cese durará preliminarmente 180 días y contará con un mecanismo de monitoreo y verificación acompañado por las Naciones Unidas, la Iglesia católica, los países garantes y representantes de la sociedad civil.
"Tiene como objeto generar las condiciones necesarias para que la población civil —los liderazgos sociales, los pueblos étnicos, las mujeres, los defensores de derechos humanos— ejerzan sus derechos con libertad en sus propios territorios", destacó un comunicado conjunto del gobierno y el ELN dado a conocer poco después de la firma.
Petro destacó en su discurso durante la ceremonia que el cese al fuego, un punto al cual nunca se había llegado en intentos anteriores de diálogos con organización armada, se alinea con la "promesa" de que la guerra de décadas con el ELN habrá terminado el 25 de mayo del 2025. Luego, delegados de ambas partes aclararon que la fecha correspondía a la conclusión de algunos convenios pero no significaba el fin de la labor de la mesa o las conversaciones que tiene por objetivo un convenio de paz integral.
Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, elogió el acuerdo en un comunicado. "Estos son pasos importantes que dan esperanza al pueblo colombiano, especialmente a las comunidades más afectadas por el conflicto".
Confió en que las partes trabajarán juntas, de buena fe y con la determinación de cumplir con sus obligaciones acordadas bajo el cese al fuego. Señaló que observa positivamente la intención de éstas de ampliar su alcance en el futuro. Dijo, a su vez, que toma nota de la solicitud del gobierno colombiano para que la misión de verificación de la ONU monitoreé el cese al fuego y reiteró su compromiso de continuar acompañando el proceso de diálogo a través de su representante especial.
Petro llegó la víspera a La Habana para la ceremonia, que se pospuso un día luego de que los negociadores solicitaron más tiempo con el fin de ultimar detalles.
Tras el anuncio del acuerdo de cese del fuego, las opiniones en Colombia se dividieron entre el respaldo y el escepticismo. Algunos gobernantes de municipios y departamentos fronterizos con Venezuela, una de las zonas de influencia de esta guerrilla, celebraron la decisión y manifestaron que esperan que haya resultados.
Silvano Serrano, gobernador de Norte de Santander, uno de los departamentos históricamente golpeado por las acciones del ELN, le dijo a Noticias Caracol que es importante que haya "un cese del fuego que sea verificable y que signifique unos mínimos humanitarios, para no afectar la vida de la ciudadanía".
Su colega encargado del departamento de Arauca, Willington Rodríguez, le dijo al mismo noticiero que este paso ha sido una petición hecha "desde hace rato" y le pidió al gobierno del presidente Gustavo Petro que se avance en una decisión igual con otras organizaciones armadas ilegales, como las disidencias de las Farc, guerrilla que se desmovilizó en 2016, tras un acuerdo de paz.
Entre las fuerzas políticas y los analistas hubo apoyo, pero también escepticismo al anuncio de cese del fuego entre el gobierno colombiano y el ELN.
No obstante, el analista y experto en el conflicto armado colombiano Daniel Mejía no fue tan optimista. Para él, lo anunciado este viernes significa que "el ELN podrá seguir secuestrando, extorsionando, boleteando a ciudadanos, comerciantes, empresarios... Con esto, el cese al fuego firmado es unilateral. FFMM y Policía quedan "maniatados" y los ciudadanos, "desprotegidos".
Este fue el tercer ciclo de diálogo entre las partes, luego del reinicio de las conversaciones a finales del año pasado y después de que éstas estuvieran congeladas por la desavenencia entre los rebeldes y el entonces mandatario Iván Duque (2018-2022) por más de tres años. Los anteriores fueron en Venezuela y México, que a su vez fungen como países garantes de las conversaciones.
Mientras se informó que, dado el carácter rotatorio, Venezuela será la sede para el siguiente ciclo de los diálogos de paz.
Los representantes habían indicado que los dos temas pilares para esta etapa serían la participación ciudadana y un acuerdo de cese al fuego.
Cuba fue también sede de los diálogos que llevaron al desarme de las FARC en 2016.
El ELN fue fundado en 1964 inspirado en las ideas de la revolución cubana e intentó infructuosamente en media docena de ocasiones llegar a un acuerdo de paz con el Estado. Actualmente opera en más de 200 municipios de Colombia y sus integrantes se estiman entre 2.000 y 4.000 integrantes, según las autoridades.
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El periodista de The Associated Press Juan Francisco Valbuena reportó desde Bogotá, Colombia.