La bloguera Yoani Sánchez indica que en el mercado informal es más fácil comprar una chaqueta de oficial que una camisa para tareas agrícolas, y cuesta menos una gorra de policía que un sombrero de yarey.
Yoani Sánchez publica en su blog Generación Y una crónica sobre la actual imagen del hombre de campo en Cuba, en la que le sirve de fundamento el cuadro "Guajiros", del pintor Eduardo Abela.
Pero Yoani señala que al ir en busca de uno de los elementos de la cubanidad, que es el hombre rural, se topa con que el guajiro de hoy en día se viste con viejos uniformes de las Fuerzas Armadas o del Ministerio del Interior, para enfrentar así los rigores del campo.
La bloguera, residente de La Habana, indica que en el mercado informal es más fácil comprar una chaqueta de oficial que una camisa para tareas agrícolas, y cuesta menos una gorra de policía que un sombrero de yarey.
Y agrega que con el calzado ocurre otro tanto, ya que las botas de goma escasean y en su lugar los hombres y mujeres de la tierra, llevan zapatos diseñados para la trinchera y el combate.
Yoani concluye que el guajiro de hoy se parece más a un soldado que a un agricultor, y añade que una versión actual del cuadro de Eduardo Abela, daría la impresión de que los guajiros con sombreros impecables y camisas almidonadas, han sido sustituidos por un grupo de milicianos con ropa ajada, que posan para el pintor, a punto de sonar la diana.
Pero Yoani señala que al ir en busca de uno de los elementos de la cubanidad, que es el hombre rural, se topa con que el guajiro de hoy en día se viste con viejos uniformes de las Fuerzas Armadas o del Ministerio del Interior, para enfrentar así los rigores del campo.
La bloguera, residente de La Habana, indica que en el mercado informal es más fácil comprar una chaqueta de oficial que una camisa para tareas agrícolas, y cuesta menos una gorra de policía que un sombrero de yarey.
Y agrega que con el calzado ocurre otro tanto, ya que las botas de goma escasean y en su lugar los hombres y mujeres de la tierra, llevan zapatos diseñados para la trinchera y el combate.
Yoani concluye que el guajiro de hoy se parece más a un soldado que a un agricultor, y añade que una versión actual del cuadro de Eduardo Abela, daría la impresión de que los guajiros con sombreros impecables y camisas almidonadas, han sido sustituidos por un grupo de milicianos con ropa ajada, que posan para el pintor, a punto de sonar la diana.