"En medio de la feroz campaña del Kremlin para eliminar la disidencia, la semana pasada se produjeron dos nuevos acontecimientos inquietantes en el enjuiciamiento de Oleg Orlov, copresidente de la principal organización rusa de derechos humanos, Memorial", advirtió la ONG Human Rights Watch, HRW.
La fiscalía informó a Orlov que pronto pasaría a juicio, aunque la defensa tendría solo tres días para estudiar el expediente de siete volúmenes. "Orlov apeló el plazo prohibitivamente limitado, argumentando que obstaculizaba su capacidad para preparar la defensa, pero el tribunal se negó a extenderlo", lamentó HRW.
La acusación tiene como objetivo "demostrar que Orlov desacreditó repetidamente al ejército y su 'operación militar especial' en Ucrania con una clara intención de socavar a las autoridades de las fuerzas armadas, incitando al odio hacia los militares y exhibiendo enemistad ideológica hacia los valores espirituales, morales y patrióticos tradicionales rusos".
Lee también Unión Europea critica duramente el acoso en Rusia contra la ONG MemorialHRW señaló además que el Ministerio de Justicia de Rusia designó la semana pasada a Orlov como "agente extranjero", un estatus "estigmatizante y severamente restrictivo", debido a "su oposición a la guerra del Kremlin en Ucrania y la difusión de información falsa sobre las decisiones y políticas de las autoridades".
El gobierno, aseveró la ONG, está utilizando la ley de "agentes extranjeros" para castigar a Orlov por exponer los abusos contra los derechos humanos cometidos por el Kremlin.
Memorial dijo en un comunicado que dicha designación "no puede sino influir en el juez". Además, los periodistas y otros comentaristas "estarán obligados a cumplir con el requisito de las leyes de agentes extranjeros de acompañar cualquier cita de Orlov, cualquier informe sobre su juicio, con un aviso sobre su condición de agente extranjero", advirtió HRW.
Para la ONG, el nuevo juicio en sí mismo es "una represalia pura" por el desafío de Orlov, quien ha criticado la guerra en Ucrania y acusó a Rusia de haber caído en el fascismo. "Orlov había utilizado todas las audiencias judiciales en su juicio original para condenar la guerra y la represión, y el tribunal multó a Orlov, una sentencia comparativamente indulgente dadas las circunstancias. Sin embargo, Orlov apeló, y la fiscalía contra-apeló, exigiendo una sentencia de privación de libertad".
Al concluir su comentario, Human Rights Watch dijo que Orlov, de 70 años, se enfrenta a una pena de hasta tres años de prisión y "parece que el Kremlin está decidido a ponerlo entre rejas antes de las elecciones presidenciales de marzo".
"En lugar de intensificar sus esfuerzos por proscribir y silenciar a cualquiera que se oponga públicamente a la política exterior o interior de Moscú, las autoridades deberían poner fin a su ciclo de represalias y retirar la apelación", subrayó.