Un exalumno se abrió paso a disparos por las puertas de una escuela primaria cristiana el lunes y asesinó a tres niños y tres adultos después de llevar a cabo un elaborado plan para llevar a cabo la matanza, el cual incluyó un mapa detallado y realizar vigilancia del lugar, señala la policía.
La masacre en The Covenant School de esta ciudad fue el más reciente en una serie de tiroteos masivos en un país cada vez más nervioso por las balaceras en escuelas.
Las víctimas son tres niños de 9 años, la directora de la escuela, una maestra sustituta y un conserje. En medio del caos surgieron una serie de acciones ya muy conocidas: los padres aterrorizados llegaron a toda prisa a la escuela para ver si sus hijos estaban a salvo y los abrazaron entre lágrimas, y una comunidad conmocionada planeó vigilias en honor de las víctimas.
“Literalmente me conmovió hasta las lágrimas ver esto y a los niños mientras eran escoltados fuera del edificio”, dijo en conferencia de prensa John Drake, jefe del Departamento de la Policía Metropolitana de Nashville durante una de varias conferencias de prensa.
La policía dio información poco clara sobre el género del atacante. Durante horas dijo que se trataba de una mujer de 28 años y después la identificó como Audrey Hale. Posteriormente, en una conferencia de prensa por la tarde, el jefe de la policía dijo que Hale era transgénero. Tras la conferencia, el portavoz policial Don Aaron declinó dar detalles sobre cómo se identificaba Hale actualmente.
Drake no dio a conocer un móvil específico del ataque cuando los reporteros le preguntaron al respecto, pero dio escalofriantes detalles sobre su planeación.
“Tenemos un manifiesto, tenemos algunos escritos que estamos revisando y que hacen referencia a este día, al incidente como tal”, comentó. “Tenemos un mapa que dibujó sobre cómo se llevaría a cabo todo esto”.
En una entrevista con NBC News dijo que los investigadores creen que Hale tenía “cierto resentimiento por haber tenido que ir a esa escuela”.
El agresor ingresó al lugar disparando por las puertas de cristal del edificio, informó más tarde la policía en un tuit.
Portaba dos armas “de tipo de asalto” y también una pistola, señalaron las autoridades. Se cree que obtuvo al menos dos de ellas legalmente en el área de Nashville, según el jefe policial.
Las víctimas fueron identificadas como Evelyn Dieckhaus, Hallie Scruggs y William Kinney, todos de 9 años, y los adultos Cynthia Peak, de 61 años; Katherine Koonce, de 60; y Mike Hill, de 61.
El sitio web de The Covenant School, una escuela presbiteriana fundada en 2001, presenta a una Katherine Koonce como su directora. Su perfil en LinkedIn dice que ha estado al frente de la institución desde julio de 2016. Peak era una profesora sustituta y Hill era conserje, según los investigadores.
Los alumnos se tomaron de la mano mientras caminaban hacia autobuses escolares que los condujeron hasta una iglesia cercana para reunirse con sus padres.
Rachel Dibble, quien se encontraba en la iglesia mientras las familias se reunían con sus hijos, describió la escena como una “conmoción absoluta”.
“La gente temblaba”, relató Dibble, cuyos hijos acuden a otra escuela privada en Nashville. “Los niños... comenzaron su día en sus lindos uniformes, probablemente desayunaron algunos Froot Loops, y ahora toda su vida cambió hoy”.
Comunidades de Estados Unidos han sufrido de una masacre tras otra en los últimos años, y los tiroteos escolares ocupan un lugar particularmente doloroso.
Las recientes tragedias en el país incluyen una masacre en una escuela primaria de Uvalde, Texas, el año pasado; un alumno de primer grado que baleó a su maestra en Virginia; y un tiroteo la semana pasada en Denver en el que dos administradores resultaron heridos.
En la Casa Blanca, el presidente Joe Biden calificó el tiroteo como “la peor pesadilla de una familia” y volvió a pedir al Congreso que apruebe una prohibición para la posesión de ciertas armas semiautomáticas.
“Está desgarrando el alma de esta nación, desgarrando el alma misma de esta nación”, dijo Biden.
Más tarde, el mandatario ordenó que la bandera estadounidense ondeara a media hasta en todos los edificios federales hasta el 31 de marzo. También se comunicó con el gobernador de Tennessee Bill Lee y con el alcalde de Nashville, John Cooper, para hablar sobre el tiroteo, informaron funcionarios.