Intensas lluvias en el oriente de Cuba dejaron al menos seis fallecidos y cuantiosos daños

La esquina de las calles Academia y Pobre, en el centro de Camagüey, completamente inundada por las lluvias torrenciales.

Al menos seis personas murieron como consecuencia de las intensas lluvias reportadas en los últimos días en la región oriental del país. En Granma, la provincia más afectada, fallecieron dos personas. Otras dos en Camagüey, una en Las Tunas y una en Santiago de Cuba.

En una reunión encabezada este lunes por el mandatario Miguel Díaz-Canel Bermúdez, las autoridades de cada provincia enumeraron los cuantiosos daños materiales que dejaron las inundaciones en los diferentes territorios, desde Camagüey hasta Santiago de Cuba.

Solo en Granma, como resultado de las inundaciones, quedaron aisladas 105 comunidades, de ellas 14 por deslizamientos de tierra y 91 por crecidas de ríos. Al cierre de la información, presentada sobre las cinco de la tarde de este lunes y publicada por Cubadebate, permanecían incomunicadas diez comunidades pertenecientes a los municipios de Yara, Manzanillo y Niquero.

En esa provincia se reportan más de nueve mil personas afectadas, aunque la prensa estatal contabiliza 145 afectaciones de viviendas, 118 facilidades temporales y 71 daños menores. La gobernadora Yanetsy Terry Gutiérrez, informó que los territorios con mayores afectaciones en su provincia fueron Yara, Jiguaní, Manzanillo, Media Luna y Niquero.

Severas inundaciones en el centro y oriente de Cuba

Las lluvias provocaron que los embalses, que estaban al 54 por ciento de llenado, llegaran hasta el 95 por ciento. Se afectaron 89 kilómetros de carreteras y 71 km de vías y caminos. En el caso de las líneas de ferrocarriles, se reportan “significativas afectaciones” entre Bayamo y Santiago de Cuba, Bayamo-Las Tunas, en el ramal Manzanillo, el ramal Grito de Yara y el subramal Sofía.

Miles de personas enfrentan problemas en el abasto de agua potable. Las interrupciones fueron registradas en 125 comunidades, con una población de 84 879 personas y aún permanecen sin servicio eléctrico 1 679 clientes. En la agricultura, aclararon, hay 4 795 hectáreas de cultivos afectadas.

En Camagüey, donde fallecieron dos personas, se produjeron al menos 550 derrumbes, entre totales y parciales. Más de 89 kilómetros de viales están afectados y en la agricultura se contabilizan cerca de 860 hectáreas de cultivos varios dañados, más otras 4 503 ha en la caña.

En Las Tunas una persona murió como consecuencia del desastre. Se inundaron 76 comunidades, más de mil viviendas se vieron afectadas y se reportan 76 derrumbes entre parciales y totales. En la agricultura hay daños en 1 175 hectáreas de los principales cultivos.

En Holguín se evacuaron más de mil personas y se contabilizan 224 afectaciones en la vivienda, así como más de mil hectáreas de cultivos dañadas.

En Santiago de Cuba una persona falleció y más de 1700 fueron evacuadas. Unos 40 asentamientos quedaron incomunicados debido a ríos crecidos. Preliminarmente se reportan 152 daños a viviendas, unas 2 676 hectáreas de cultivos afectados y aunque las autoridades no ofrecieron las cifras, dijeron que los mayores problemas estaban en los viales y el abasto de agua potable.

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En medio de ese desolador panorama, Díaz-Canel dijo que había que “aprovechar y sembrar mucho”. Su propuesta fue ejecutar una estrategia de ciclo corto para que de inmediato se cosechen alimentos.

“Nadie quedará desamparado”, aseguró el mandatario, señalando que había que reparar estos daños sin olvidar a los damnificados en la provincia de Pinar del Río, hace casi un año por el huracán Ian, que en septiembre pasado dejó más de 100 mil viviendas afectadas. Cuatro meses después se habían recuperado apenas el 21%, según las cifras oficiales más recientes publicadas sobre ese territorio.

“Hay que actualizar los planes de reducción de desastres para este tipo de lluvias intensas”, recordó y mientras tanto, exigió que “todo lo que se venda y oferte a la población en esas zonas afectadas sea con carácter controlado, para que lo que se distribuya de manera adicional llegue de la manera más equitativa y con las prioridades que sean necesarias”.

Según el régimen, recibirán ayuda de Venezuela y de Naciones Unidas, aunque no dieron detalles. También habilitarán cuentas para las personas que deseen donar dentro y fuera del país.

Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, agradeció el lunes al Principado de Andorra por el envío de un donativo de tejas de polialuminio y extendió la gratitud hacia México, cuyo Gobierno cooperó para que la ayuda llegase la isla.

Mientras los gobernantes llenan de promesas al pueblo, varios cubanos mostraron escepticismo en declaraciones a Martí Noticias.

“Sí ellos ni siquiera resuelven el problema del hambre, que es diaria. Hace dos o tres ciclones atrás que todavía le deben lo prometido a las personas damnificadas, así que no creo que resuelvan nada en esta catástrofe”, comentó José Luis Acosta, residente en Camagüey.

Para el opositor Jorge Cervantes, quien se encontraba junto a su madre en un reparto en la ciudad de Las Tunas que fue afectado por la crecida de un río cercano, “no existe en el Gobierno la voluntad de ayudar, es propaganda. Cuando usted camina por los campos, por los barrios más marginales, e incluso por las ciudades, lo que encuentras es una inmensa cantidad de viviendas que no tienen las condiciones mínimas porque han sido afectadas por fenómenos climatológicos hace años”.

Justamente este fin de semana Sor Nadieska Almeida, una de las monjas que ha alzado su voz para denunciar las violaciones de los derechos humanos y la crisis económica, social y política en el país, se refería al desastre ocurrido en los últimos días en el centro y oriente de Cuba y pedía a las autoridades soluciones.

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“¿Es razonable que un país se inunde porque su servicio de drenaje está colapsado y no haya previsiones para evitar desastres, cuando conocemos muy bien la temporada de lluvias y huracanes? ¿Tienen en cuenta todas las consecuencias a causa de las inundaciones? ¿Cómo serán atendidas y solucionadas las pérdidas materiales?”, cuestionó la superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba.

“Permitan a este pueblo vivir, vivir dignamente… busquen soluciones ante la aflicción y desesperación de su gente, que ya se le acaban las fuerzas para mantenerse, que ya no tiene a dónde mirar”, agregó.