350 japoneses fueron internados en campos de concentración en Cuba

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En 2014 Cuba y Japón celebraon sus 40 años de relaciones.

"Poco se sabe acerca de los japoneses-cubanos pues somos pocos en número. Me alegraré si la lista ayuda a la gente a aprender sobre nuestra historia", dijo Francisco Miyasaka, de 78 años.

Alrededor de 350 japoneses-cubanos fueron enviados a campos de concentración por el gobierno cubano de la República durante la Segunda Guerra Mundial en el país antillano.

Una copia de la lista de los inmigrantes japoneses en Cuba y sus descendientes, compilada por uno de los inmigrantes que se trasladó a uno de los campamentos, fue entregada a los miembros de un grupo de periodistas japoneses afiliados a Kyodo News, en octubre pasado cuando visitaron el país.

"Poco se sabe acerca de los japoneses-cubanos pues somos pocos en número. Me alegraré si la lista ayuda a la gente a aprender sobre nuestra historia", dijo Francisco Miyasaka, de 78 años, de una segunda generación de japoneses-cubanos y la cabeza de la asociación japonesa-cubana en La Habana.

La lista, que se encontró entre las pertenencias del difunto padre de Miyasaka, enumera a los nipones que emigraron a Cuba antes de la guerra de la prefectura de Nagano, y fue compilada por Goro Naito, otro inmigrante japonés de la Prefectura de Hiroshima.

En la década de 1980, Naito buscó y visitó a unos 100 ex detenidos de los campos concentracionarios cubanos y compiló la lista escrita a mano. La lista fue luego escrita en un procesador de textos por Kiyotaka Kurabe, un escritor japonés en Tokio, que trabajó con Naito en la grabación de la historia de los inmigrantes japoneses y publicó un libro sobre ellos en 1989.

La lista contiene las fechas de su internamiento y también incluye la fecha de la muerte de los que murieron en los campos.

Después de que los japoneses atacaron Pearl Harbor, en diciembre de 1941, el gobierno de Estados Unidos puso en duda la lealtad de los japoneses que vivían en la costa oeste, considerándolos como una amenaza a la seguridad nacional.

El presidente Franklin D. Roosevelt autorizó el internamiento y unos 120.000 japoneses-americanos fueron trasladados por la fuerza a los campos de concentración durante la guerra.

En Cuba, la administración pro-estadounidense del presidente Fulgencio Batista siguió al movimiento del gobierno de Estados Unidos y detuvo a unos 350 hombres japoneses-cubanos mayores de 18 años, entre los 420 que habitaban en todo el país, y los trasladó a una cárcel en Isla de Pinos en el sur de Cuba.

Las mujeres y los niños menores de 18 años fueron generalmente exentos de internamiento, pero tres mujeres que eran sospechosas de tener conexiones con los militares japoneses fueron detenidas y enviadas a una cárcel en las afueras de La Habana.

Esos hombres y mujeres permanecieron detenidos, incluso después de que terminó la guerra en agosto de 1945, hasta marzo de 1946 y algunos de ellos murieron durante el internamiento, pues su salud se deterioró debido a las condiciones deplorables en los campos.