El prisionero político José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), continúa la protesta que inició el 15 de marzo que tiene como propósito demandar la debida atención médica y el restablecimiento de su derecho a las llamadas telefónicas.
La familia del opositor demandó al régimen de Miguel Díaz-Canel una fe de vida que demuestre que el opositor político se encuentra en buen estado físico y mental.
Las autoridades de la prisión Mar Verde de Santiago de Cuba negaron de nuevo, el pasado viernes, la visita familiar al prisionero de conciencia.
Este mes la visita estaba programada para el 4 de mayo, pero una llamada de un agente de la policía política cambió la fecha, explicó Nelva Ismaray Ortega, la esposa de Ferrer, en un audio divulgado en redes sociales.
“Tras recibir dos días antes una llamada telefónica del sicario castrista de la Seguridad del Estado, que se hace llamar mayor Fonseca, el cual me dijo que no nos presentáramos el jueves sino el viernes, coincidentemente el día del show con el desfile”, relató la mujer.
“Fui acompañada de mi hijastra Fátima Victoria y de mi hijo Daniel José y lamentablemente se trató de la misma manipulación y chantaje de las veces anteriores”, aseguró.
José Daniel Ferrer había anunciado intermitentes jornadas de ayuno voluntario por siete días y de acciones pacíficas de diferentes tipos, dentro del poco margen que tiene en su celda en solitario, de acuerdo a la información difundida entonces por Ortega.
"El jefe de Orden Interior, el mayor Ortiz, dijo que sólo aceptarían la jaba de los alimentos y productos de higiene y que no habría encuentro familiar pues José Daniel se mantiene bajo protesta”, explicó Ana Belkis Ferrer, hermana del prisionero del 11J.
Lee también Esposa de Ferrer García denuncia violación del derecho a la comunicación telefónica“No es la primera vez que nos niegan la visita: son dos meses sin que podamos verle. Desde el pasado 6 de marzo la tiranía, también niega a mi esposo el derecho a las llamadas telefónicas”, recordó la esposa de Ferrer.
Con su protesta, el opositor reclama, que las autoridades de los establecimientos carcelarios garanticen el derecho de los presos a realizar llamadas telefónicas a familiares y amigos, como lo establece el Reglamento del Sistema Penitenciario del país.
El 17 de marzo, el preso político fue visto por última vez por una persona en quien la familia confía: el arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Dionisio García Ibáñez.
“Todo este tiempo nos imaginamos que lo hayan tenido, nuevamente, semidesnudo en la misma celda de aislamiento, donde lo han mantenido secuestrado desde el día 14 de agosto del 2021, incomunicado no solamente con la comunidad penal, sino también con nosotros, sus familiares”, señaló Ortega.
“No descartamos que su vida esté corriendo grave peligro en esa celda porque puede estar brutalmente golpeado, en estos momentos pueden estar golpeándole, puede estar en huelga de hambre, incluso, puede estar hospitalizado, su vida corriendo grave peligro”, lamentó.