Las autoridades penitenciarias del Combinado del Este accedieron a las demandas del preso político José Díaz Silva, luego de que se declara en huelga de hambre el domingo pasado, para reclamar atención médica y su derecho a la visita familiar.
“Desde el domingo ya no estaba comiendo porque ya lleva más de dos meses, o sea, más de 60 días, que no le han dado una visita familiar, y no ha tenido atención médica para su problema en los riñones. Pero, este miércoles, me llamó y me dijo que habían programado la visita ya para el sábado, y que lo iba a ver un médico esta tarde”, explicó su esposa, la Dama de Blanco Lourdes Esquivel.
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“Está enfermo de los riñones y debido a estar un día sin tomar agua ya no ha orinado. Quería que lo viera un médico y pedía que le dieran su visita”, dijo.
Según explicó Esquivel, esta es una situación recurrente. "Casi siempre tiene que ser así; para que le den la visita, tenemos que hacer algo: o yo tengo que ir a la prisión o 15 y K (nombre por el que es conocido el Departamento de Cárceles y Prisiones del Ministerio del Interior) o él, plantarse. Al menos, esta vez, aceptaron cumplir lo que él pedía”.
Según relató Díaz Silva a Radio Televisión Martí, la Seguridad del Estado le ha ofrecido en varias ocasiones en prisión, libertad a cambio de exilio. A principios de octubre, los mandos penales concedieron un pase de 24 horas al opositor para que gestionase su salida del país, tras informarle que sobre él pesan dos peticiones fiscales, de 7 y 12 años de privación de libertad.
El activista se encuentra en régimen severo y en celda de aislamiento desde que le fue revocada la sanción de 2 años de trabajo correccional sin internamiento y cambiada la medida a cárcel.
El opositor fue llevado a Villa Marista, sede de la Seguridad del Estado, el pasado 2 de marzo, tras ser varias veces amenazado por demostrar su solidaridad con las familias de los prisioneros políticos del 11 de julio de 2021 en el reparto habanero conocido como La Güinera.