"Un chiste muy sobado dice que Fidel Castro pasará a las enciclopedias futuras como un mero dictadorzuelo de la época de Juan Formell".
Se fue Juan Formell, una suerte de arquetipo del cubano del último medio siglo largo: mestizo, amante de los placeres aka gozador, espontáneo, sobrado de ingenio, simpatizante de la revolución de 1959.
Músico de talento extraordinario, Formell le encontró otro cauce a la música popular cubana y puso a bailar a todos los cubanos por medio siglo más lo que quede.
Un chiste muy sobado dice que Fidel Castro pasará a las enciclopedias futuras como un mero dictadorzuelo de la época de Juan Formell. Muy excesivo, naturalmente.
Los acordes de Formell acabarán diluyéndose como lágrimas en la lluvia, mientras que la partición que ha significado la revolución de 1959 en la historia de Cuba y la figura siniestra del dictador perdurarán para siempre en nuestra historia escrita y durante generaciones en nuestra memoria familiar.
No obstante, la sola existencia de ese chiste que es poco probable que haya cubano que no conozca, indica la estatura de Juan Formell en la memoria y la querencia de los cubanos.
Un histriónico Fidel Castro dijo un día aquello de que “la revolución es más grande que nosotros mismos”. Que los cubanos. El chiste nada clandestino sobre el lugar de Fidel y Formell en las enciclopedias del porvenir demuestra que los cubanos siempre supieron, aún cuando soportaban lo que soportaban, que al menos no era más grande que uno de ellos: que Juan Formell, el de Van Van.
(Publicado originalmente en el blog El Tono de la Voz el 05/02/2014)
Músico de talento extraordinario, Formell le encontró otro cauce a la música popular cubana y puso a bailar a todos los cubanos por medio siglo más lo que quede.
Un chiste muy sobado dice que Fidel Castro pasará a las enciclopedias futuras como un mero dictadorzuelo de la época de Juan Formell. Muy excesivo, naturalmente.
Los acordes de Formell acabarán diluyéndose como lágrimas en la lluvia, mientras que la partición que ha significado la revolución de 1959 en la historia de Cuba y la figura siniestra del dictador perdurarán para siempre en nuestra historia escrita y durante generaciones en nuestra memoria familiar.
Un histriónico Fidel Castro dijo un día aquello de que “la revolución es más grande que nosotros mismos”. Que los cubanos. El chiste nada clandestino sobre el lugar de Fidel y Formell en las enciclopedias del porvenir demuestra que los cubanos siempre supieron, aún cuando soportaban lo que soportaban, que al menos no era más grande que uno de ellos: que Juan Formell, el de Van Van.
(Publicado originalmente en el blog El Tono de la Voz el 05/02/2014)