Héctor Lester es un joven de dieciséis años de edad, estudia en un preuniversitario y es aficionado a la música punk. No ejerció su derecho al voto en los pasados comicios electorales de la Isla, y aseguró que tampoco acudirá a las urnas para refrendar las modificaciones constitucionales que impondrá el Partido Comunista [PCC] a la Asamblea Nacional del Poder Popular [ANPP].
Entre sus expectativas, como la de muchos otros jóvenes respecto al proceso de reforma a la Constitución que se iniciará este próximo 2 de junio, primaron la apatía y el desinterés hacia las políticas de Gobierno como consecuencia de las promesas incumplidas del PCC durante décadas.
“No sé cuáles serán las modificaciones que harán a la Constitución o si serán para beneficio de los jóvenes. De la Constitución conozco muy poco, solo el acercamiento que dan en las clases de Cultura Política y lo suficiente para aprobar los exámenes”, dijo Héctor Lester.
Mientras se hace un selfie, junto a sus compañeras de aula en las escaleras del capitolio habanero, Dayami coincidió en que el desdén de los jóvenes hacia las cuestiones políticas o reformas constitucionales es resultado de que nada cambiará en el país mientras sea un solo Partido quien defina cómo vivir y qué ser como persona.
“La Constitución cubana es aburrida de leer, son demasiadas consignas y suenan como órdenes a cumplir. Constantemente se menciona que el Partido decide o que el Partido dispone, además de ser poco cierto que la soberanía reside en el pueblo”, señaló esta estudiante de enfermería, de veintidós años de edad.
Como advirtió el general Raúl Castro, las revisiones constitucionales se discutirían con la población y se someterían a referéndum público, pero cualquier cambio mantendría el “carácter irrevocable del socialismo […] y el papel dirigente del Partido Comunista”.
Para el régimen en la Isla los jóvenes serían, en caso de revueltas populares, los más activos manifestantes por ser más susceptibles a la propaganda enemiga.
Una joven especialista del Centro de Estudios sobre la Juventud [CESJ], bajo condición de no ser identificada, declaró que la producción investigativa de este centro conforma un estudio evolutivo de la juventud cubana en estas cuatro últimas décadas.
“Los jóvenes componen un grupo etario muy complejo y en el que mayor impacto tiene los cambios políticos, pero a los jóvenes no les importan la política y eso se refleja en las últimas Encuestas de Juventudes”, dijo la joven.
La Encuesta de Juventudes es el documento clave de la CESJ, que recopila información para la Unión de Jóvenes Comunistas [UJC] sobre la problemática de los jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, útil para la concepción y puesta en práctica de las políticas dirigidas a este grupo poblacional.
Esta especialista añadió que un reciente sondeo demoscópico arrojó que los jóvenes no se identifican con la figura de Miguel Díaz-Canel como jefe de Gobierno.
Técnico medio en química industrial, Yurima Valdivia, de veinticinco años de edad, no llegó a ejercer su oficio después de graduada. Su talento innato para la peluquería y el maquillaje la convencieron de establecer un negocio privado. Tampoco irá a firmar las modificaciones constitucionales que aprobará unánimemente la ANPP.
“Una verdadera reforma debería revisar el Artículo 18 donde se otorga exclusivamente al Estado la potestad de determinar las personas naturales o jurídicas con capacidad legal para realizar operaciones de exportación e importación y concertar convenios comerciales”, sugirió Valdivia.
Estadísticas oficiales reflejan la cifra de 580.000 trabajadores privados que representan el 12% de la fuerza laboral y de los cuales el 32% son jóvenes.
El Artículo 39 de la Constitución describe que es libre la creación artística siempre que su contenido no sea contrario a la Revolución. Para Esteban, de veinte años de edad y estudiante de Teatrología en el Instituto Superior de Arte [ISA], es incongruente firmar una reforma constitucional que lo amordaza.
“¿Quién decide o determina cuál contenido artístico es contrario a la Revolución? Eso debería expresarse en la Constitución y llevarlo a debate”, concluyó Esteban.
“Iré a firmar para guardar las apariencias ante mis padres, no porque me interese realmente”, expresó Víctor Eliecer, un estudiante de Arquitectura de veintiún años de edad, quien opinó que una verdadera reforma a la Constitución debería empezar por permitir la pluralidad de prensa.
“Es una libertad de prensa pero conforme a los fines e intereses del pueblo. Eso precisamente hacen los periodistas independientes y no los de Granma o el Noticiero quienes solo repiten lo que el Partido ordena”, fustigó Eliecer, hijo de un Coronel de las Fuerzas Armadas [FAR].
Documentos utilizados por las FAR durante los ejercicios militares Bastión 2016 indicaron que los periodistas independientes serían “el primer objetivo a inmovilizar”, al considerarse que serían la “amenaza número uno [y] un arma que puede hacer mucho daño, desprestigiar al Gobierno [y que] transmitirían al mundo una imagen de que el Gobierno cubano no cuenta con el apoyo del pueblo”.
La orden, ahondaba el documento, sería “arrestarlos o impedir su labor subversiva”.