La dignidad, la voz y la verdad de un pueblo no se combaten con armas, dice apóstol cubana (VIDEO)

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Entrevista a Cristina María, primera Apóstol Mujer ordenada en Cuba

“El mundo tiene que cerrar filas para poder defender a ese pueblo que realmente está frente a un genocidio. Yo lo dije en uno de los discursos en estos días: cuando alguien tiene armas y se enfrenta a alguien que tiene armas, estamos frente a una guerra civil. Pero cuando tenemos a un pueblo sin armas y tenemos a un ejército armado hasta los dientes, sencillamente, estamos frente a un genocidio. Sencillamente, estamos frente a un gobierno que ha sido muy poco inteligente porque está mostrando las armas contra un arma que no se puede derribar con armas: la dignidad de un pueblo, la voz del pueblo, la verdad de un pueblo”, afirmó la Apóstol cubana Cristina María Rodríguez Pentón, en entrevista con Televisión Martí.

A esta pastora de Santa Clara se le conoce como la primera mujer Apóstol de Cuba y su ordenación ocurrió en el año 2000 por el Ministerio Apostólico Rosa de Sarón de Costa Rica. En el 2006 recibe en ese país la bendición para pasar a trabajar como Pastora General del Ministerio Apostólico y Profético 'Mi Viña de Honduras'. En ese mismo año asumió la Presidencia del Ministerio Internacional de Mujer a Mujer en Cuba, con presencia en las tres regiones del país y enfocado en el trabajo con mujeres creyentes y no creyentes, revitalizando el trabajo social. Es la directora de Ratt Cuba, Redes que salvan vidas, contra la trata de personas, forma parte de la Red Latinoamericana para la Democracia y en el año 2020 fue reconocida por la Embajada de los Estados Unidos en La Habana como una de las mujeres destacadas por su labor eclesial y social.

La Apóstol, que en la actualidad se encuentra en la ciudad de Miami, ha sido invitada a la Cumbre de las Américas, al Parlamento Europeo y a diversos eventos internacionales. En cinco ocasiones fue regulada su salida del país, incluyendo su participación en la Cumbre y el Parlamento. Hoy día forma parte de C3 'Cristianos Cubanos en Comunión', un grupo de cubanos de diferentes sistemas doctrinales que trabajan desde la unidad de las Iglesias.

Tal y como muestra en su actuar ante la vida y mediante sus palabras en esta entrevista: "contra la firme convicción, el amor a Dios y el respeto por la vida, no hay terror dictatorial que pueda".

¿Quién es Cristina María Rodríguez?

Una cubana… Simplemente eso, una cubana, una hija de Dios, una hija de padres que fueron extraordinarios y ya no están. Están en la presencia del Señor. Pero en resumen es eso, una cubana.

¿Y qué quiere usted como cubano? Qué busca?

Yo creo que la voz se ha hecho en cuanto a la nación. Quiero con todo la libertad de mi tierra. Es un derecho con el que nacemos. Por lo tanto, es un derecho que tenemos que aprender a conquistar y defender. Con todas nuestras fuerzas naturales y espirituales, por una razón de dignidad.

Usted es un líder religioso, ¿cómo se define?

Me defino como una mujer que tiene una relación con Dios, que tuvo el privilegio de, en una Cuba atea, conocer a Dios. Creo que el gran problema de Cuba es que sacó a Dios de su agenda, en especial de las agendas gubernamentales. Un país sin Dios es un país que va directo al fracaso. Un país con Dios puede saltar todos los obstáculos, porque Dios está en el centro de todos nosotros. Dios está en todas partes, pero no se manifiesta en todas partes.

Hace algunos años, la dictadura quiso mostrar ante el mundo una supuesta apertura, reformas, cambios. Y esa es la cara que ha dado al mundo en los últimos años, y uno de los temas era precisamente el tema de la libertad religiosa. Ahora yo pregunto, ¿existe verdaderamente la libertad religiosa en Cuba?

No, claro que no. Desde el punto de vista que tenemos una moratoria en la ley que no permite la legalización oficial de los diferentes credos y procesos de fe. Estamos en un estado de indefensión. Pero por qué nos clasifican como ilegales, yo creo que entran hasta en contradicción con su propia constitución cuando dicen que todo el mundo es capaz de creer en lo que crea. Pero si no pueden practicar lo que creen y es una ilegalidad y está en un limbo desde el punto de vista jurídico, yo creo que ahí tenemos el primer conflicto en el área de los derechos. Si nacemos con la libertad de creer, nacemos con libertad. Es un derecho que es parte del ser humano… Y cuando esto no lo podemos ejercer, entonces estamos indiscutiblemente en una situación donde no hay libertad. Tenemos que reconocer que no hay libertad. La libertad no se da a poco, se da en la plenitud que implica la misma palabra.

¿Cuál es la diferencia entre los religiosos que están reconocidos por la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista y aquellos religiosos que no están reconocidos por esta oficina?

Lo primero que vamos a entender es que lo religiosos no es un problema de reconocimientos. Se tratan como ONG, de forma tal que cuando a veces Cuba da su estadística de ONG estándar, las Iglesias quedan como parte de, porque ellas forman parte de una oficina que se llama Asunto Jurídico, que le da un estatus de organización con un tomo y un folio. En el caso, por existir esta moratoria en la ley, las nuevas iglesias que nacen - porque el evangelio es algo que nadie lo puede parar, es algo que forma parte de la naturaleza del ser humano y de sus derechos - las iglesias nuevas que nacen están en total limbo, es decir, realmente ellas pueden ser en cualquier momento acusadas de asociación ilícita. Muchas iglesias han experimentado tristemente, en el caso específicamente de las Apostólicas, la destrucción de templos que han sido creados por los propios feligreses, porque al Estado no les aporta nada y la gente ha dado por su fe, sus escasos recursos los ha puesto en función de su fe para crear un lugar donde congregarse, donde compartir su fe y donde practicarla, y el Estado en el momento que lo ha entendido ha derrumbado esas casas, esos lugares. Muchos hemos sido llamados por la Seguridad del Estado constantemente, por nuestra profesión de fe. Existimos desde nuestra fe en la libertad de nuestro Dios, pero no dentro de la legalidad en un sistema que nos mira como ilegales y entonces eso para gente de Dios es algo bien fuerte, porque Dios siempre nos lleva a caminar en la justicia. Pero como sencillamente tenemos el autorizo del cielo, andamos y caminamos y estamos dispuestos a vivir y morir por nuestra fe. No la vamos a dejar de practicar dondequiera que estemos. Y ese es un derecho que nos corresponde y es un derecho por el que luchamos y nos manifestamos. Así de sencillo.

Muchos de nuestros feligreses fueron llamados para que sencillamente no participaran en Iglesias, sea por su status de ilegalidad, han sido amenazados ellos y su familia. A mi hija la sacaron de la universidad (Universidad Central de La Villas) porque nosotros organizamos, hace años, junto con otros líderes de la ciudad, una marcha, una famosa marcha cristiana. Fue en el 2009, creo que más o menos. Y eso trajo serias consecuencias, fuimos llamados, fuimos amenazados, coaccionados. Pero esto es parte de nuestro ministerio. No veo en ello ninguna heroicidad. Es parte de lo que nos toca porque la Biblia nos habla de la persecución también para todo tiempo. Y sencillamente lo afrontamos así y hemos seguido.

¿A su hija la expulsaron de la universidad…?

Sí. Le hicieron, de una forma u otra, la llevaron a salir de la universidad por ser hija mía y por participar en esa marcha.

¿O sea, es una gran violación?

Sí. ¿Pero sabes qué? Dios tiene todo y tiene el control. Nosotros caminamos en esa confianza en Dios que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien. A veces los procesos nos hacen crecer y las crisis para nosotros se traducen en oportunidades para alcanzar nuevos niveles, nuevas dimensiones, nuevas vivencias. Porque lo que sí tenemos es una confianza absoluta de que Dios está al control de nuestras vidas, que trabajamos para la mejor oficina del mundo, la oficina del Padre. Y eso no nos quita el gozo, no nos quita la paz y, por sobre todas las cosas, nos hace guardar nuestro corazón para no experimentar odio, rencor venganza, sino que estar caminando en ese camino de justicia que tiene que ver con derechos, verdad, que tiene que ver con legitimidad. Primero del cielo para que se manifieste en la tierra. Así de sencillo.

Hemos visto una fuerte arremetida contra religiosos en Cuba por parte de la dictadura. En su opinión por qué ocurre esto.

Porque las tinieblas y la luz no andan juntas. Y los religiosos portan una luz. Están llamados a caminar en la verdad y están llamados a decir la verdad. Están llamados a manifestar la verdad. Están llamados a no ser confundidos de que la Iglesia no se mete en política. Cuando política no tiene que ver con partido, cuando política no tiene que ver con ideología. Política tiene que ver con dignidad. Política tiene que ver con derechos. Y entonces, desde esa perspectiva, vemos hombres y mujeres que se están levantando en la nueva Cuba, ya no creyendo en esa mala teoría que yo diría que hasta utilizó el sistema para confundir a la gente. Hoy tenemos a pastores presos, pastores presos que se sumaron acompañando a un pueblo, pastores presos que también aman la libertad y pastores presos que no mataron a nadie, sino que alzaron su voz. La iglesia tiene que ser la voz de los hijos.

¿Qué necesitan ustedes para enfrentar y rebasar tantos obstáculos dentro de Cuba y tanta represión, y poder llevar a cabo y adelante su misión?

Creo que está pasando. Necesitamos solidaridad, necesitamos compromiso porque hay una realidad: solos en la isla, sin armas, el pueblo no puede. Por lo tanto, el mundo tiene que ver que la Cuba que le han pintado no es la real. El mundo tiene que ver la verdadera Cuba. El mundo tiene que cerrar filas para poder defender a ese pueblo que realmente está frente a un genocidio. Yo lo dije en uno de los discursos en estos días: cuando alguien tiene armas y se enfrenta a alguien que tiene armas, estamos frente a una guerra civil. Pero cuando tenemos a un pueblo sin armas y tenemos a un ejército armado hasta los dientes, sencillamente estamos frente a un genocidio. Sencillamente estamos frente a un gobierno que ha sido muy poco inteligente porque está mostrando las armas contra un arma que no se puede derribar con armas: la dignidad de un pueblo, la voz del pueblo, la verdad de un pueblo. Esa no la pueden derribar. Ninguno de los cañones. Eso lo único que ha permitido, y le damos gracias a Dios, es que el mundo vea que Cuba no es libre, que Cuba está bajo las garras de ejércitos, de hombres amadores de sí mismos, como dice la Biblia, que son los que ponen peligrosos estos tiempos.

Agradecerte por esta oportunidad, porque aprendí que a Dios no se le pone límites. Cuando Dios habló y dijo 'te voy a dar los medios', me le viré y le dije: 'Papá, en Cuba los medios están monopolizados por un sistema. Y lo que no sabía era que Dios en este tiempo iba a tener aquí, porque los que son del Espíritu no planifican agendas humanas sino que se meten en la agenda divina. No sabía que iba a estar aquí. Y la Palabra de Dios se ha cumplido en mi vida. Televisión, radio, como me decía alguien: 'oye, te has vuelto famosa'. Digo: 'aquí lo importante no es fama y aplauso. Aquí lo importante es que seamos efectivos, que seamos voz de esos que no tienen voz. Que ayudemos a transformarnos nosotros primero para transformar a todos los que están con nosotros allá en la isla. Y también traer un mensaje de esperanza. No nos rendimos. No estamos solos, porque por primera vez en el mundo entero todos los cubanos, dondequiera que están, se están levantando y alzando la voz. Y ésta es una voz que no va a quedar en vano, porque esta es una voz que exhibe la justicia divina y por lo tanto la vamos a ver. El cambio es ya. Patria y Vida'.

El gran temor de un sistema… ¿Por qué sacaron a Dios? Porque Dios genera fe y los sistemas de fe, crean hombres y mujeres, con convicción y con certeza en lo que creen. Y nosotros creemos esa palabra que dice la Biblia. Él nos dio vida para que vivamos una vida en abundancia. Esclavitud no es legal. Por lo tanto, vamos a conquistar nuestros derechos. Cada uno de diferente manera. Pero la victoria está.