La violación sexual, arma de guerra en Ucrania

Dos mujeres envueltas en una bandera ucraniana se abrazan durante un flash mob el 8 de abril en Nueva York, en protesta por el abuso sexual de soldados rusos en Ucrania. (AFP/Kena Betancur).

Cuando los soldados de Rusia amenazaron con violar a una jovencita en Ucrania, la madre trató de persuadirlos para que abusaran de ella en lugar de su hija, dijo la psicóloga Vasylisa Levchenko, relatando la historia de una presunta víctima de violación, informó Radio Europa Libre/Radio Libertad (RFE/RL).

"Uno de los soldados rusos estuvo de acuerdo", dijo.

El relato de la mujer fue sólo uno de las decenas que han sido documentadas por funcionarios, trabajadores humanitarios y observadores de derechos humanos, mientras las tropas rusas se retiraban de los alrededores de la capital, Kyiv, y de otras partes del país que invadieron el 24 de febrero.

"Es imposible contar cuántas víctimas hay ahora", dijo la defensora de los derechos de Ucrania Lyudmyla Denisova, al Servicio Ucraniano de RFE/RL, "porque muchas personas han sido brutalmente asesinadas. Pero la historia cobra realidad cuando se trata de nuestras mujeres y niños, y sus padres ahora relatan la violencia que se cometió contra ellos".

Denisova agregó que algunas de las supuestas víctimas de violación afirmaron que los soldados dijeron cosas como: "Nos aseguraremos de que nunca más quieras estar con un hombre, para que no tengas más hijos".

"Según la información preliminar, hubo muchas violaciones, muchísimas", dijo la Fiscal General de Ucrania, Iryna Venediktova. "Todos los casos serán investigados a medida que se vaya liberando el territorio ocupado por los rusos".

En un informe publicado el 3 de abril, Human Rights Watch, HRW, documentó las primeras denuncias de violación.

Una mujer de 31 años de la aldea de Malaya Rohan, cerca de la ciudad Oriental de Járkov, dijo que en la noche del 13 al 14 de marzo, un soldado ruso irrumpió en el sótano de una escuela donde se refugiaba un grupo de mujeres y niños. Dijo que el soldado la llevó a un aula en el segundo piso y la obligó a punta de pistola, a desnudarse y practicarle sexo oral.

"Todo el tiempo, me apuntó a la cabeza con una pistola y dos veces disparó al techo y dijo que era para motivarme". El soldado la violó dos veces, dijo. Le cortó la cara y el cuello con un cuchillo y luego la dejó ir.

Al día siguiente, ella y su familia caminaron a Járkov, donde le dieron ayuda. "Me considero dichosa de estar viva", dijo.

Ese mismo día, la Embajador de Gran Bretaña en Ucrania, Melinda Simmons, publicó en Twitter que la violación sexual es "un arma de guerra".

"Aunque todavía se desconoce el alcance total de su uso en Ucrania, ya se puede comprobar que es parte del arsenal bélico de Rusia", escribió Simmons. "Mujeres violadas frente a sus hijos, niñas violadas frente a su familia, todo expresamente usado como un deliberado acto de subyugación".

Rusia no ha respondido a las acusaciones de violación sexual por parte de sus soldados. Los funcionarios rusos han negado que las fuerzas rusas en Ucrania hayan atacado a civiles o cometido crímenes de guerra, pero es poca la evidencia que han proporcionado para respaldar dicha negativa.

Poco después del informe inicial de Human Rights Watch, la investigadora en Ucrania, Yulia Gorbunova, declaró a RFE/RL, que había investigado otros casos de violencia sexual por parte de tropas rusas, en los suburbios de Bucha y Brovary en Kyiv.

A raíz de tales informes iniciales, una avalancha de historias similares de violencia sexual y acusaciones de muchas otras atrocidades comenzó a ser documentada después de la retirada de las tropas rusas, a principios de este mes. Andriy Nyebytov, jefe de la policía de Kyiv, declaró a “Current Time” sobre un caso de violación en la aldea de Bohdanivka.

"La mujer se fue a la casa con su hijo pequeño y trató de esconderse de los soldados rusos que habían matado a su esposo, pero dos de ellos aparecieron esa noche, borrachos y la violaron después de amenazar con dispararle a su hijo", dijo Nyebytov. "Se fueron, pero más adelante regresaron tres veces, violándola cada vez, finalmente, logró soltarse y escapar", dijo.

En una conferencia de prensa el 7 de abril, Oleksandr Vilkul, jefe de la administración militar ucraniana en Kryviy Rih, en la región sureña de Kherson, acusó a soldados rusos de haber violado a una mujer de 78 años.

En una publicación de Facebook el 8 de abril, la Defensora del Pueblo Denisova, denunció la violación en Bucha de una niña de 14 años por cinco soldados y agregó que la víctima había quedado embarazada. Denisova también informó que una mujer había sido atada a una mesa y obligada a mirar mientras soldados rusos violaban a su hijo de 11 años de edad, y que una mujer de 20 años en la ciudad de Irpin, en la región de Kiev, había sido violada simultáneamente por tres soldados.

"El nivel de brutalidad del ejército de terroristas y verdugos de la Federación Rusa no conoce límites", escribió Denisova, pidiendo a las Naciones Unidas que investigue las presuntas atrocidades cometidas por los soldados rusos.

El psicólogo Levchenko dijo que la cantidad de violaciones probablemente sea mucho mayor que de lo hasta ahora reportado.

"No es que las mujeres no quieran hablar de eso", dijo Levchenko. “No pueden. El trauma sufrido les impide la ordenada formación de pensamientos...tal persona a menudo ni siquiera puede informar exactamente lo que sucedió".

Agregó que ahora surgen casos similares reportados por los ucranianos que buscaron refugio en Polonia y que cuentan sus historias de horror a los trabajadores humanitarios que les socorren. Otros, dicen los trabajadores humanitarios, se niegan a hablar por temor a represalias, mientras continúa en su segundo mes la guerra de Rusia contra Ucrania.

"Hay una mujer que dijo terminantemente que no quiere que compartamos su historia con nadie", dijo Maryna Lehenka, vicepresidente de la organización no gubernamental europea, “La Strada”, plataforma contra la trata de personas. "Porque tiene miedo de que la encuentren y la maten. Eso es lo que le dijeron".

En una entrevista realizada el 7 de abril, la psicóloga y cooperante Kateryna Galyant, quien creó un canal de Telegram en el que los profesionales de la salud mental pueden estar en contacto con personas que necesitan ayuda, describió tres “violaciones en grupo” en Bucha, que involucran a grupos de tres a cinco soldados rusos.

Dijo que las víctimas le dijeron que los perpetradores fueron atraídos a residencias y refugios con letreros que indicaban que mujeres y niños se escondían adentro.

"La violación sexual es ahora un instrumento de guerra", dijo Galyant. "Una forma de demostrar fuerza, de aterrorizar a las personas y vencerlas psicológica y físicamente".

La Fiscal General de Ucrania, Venediktova, dijo a “Current Time” que su oficina ha creado un grupo de trabajo para recopilar información sobre las presuntas violaciones y transmitir toda esa información al Tribunal Penal Internacional.

"Allí dieron curso a un caso contra la Federación Rusa", dijo, "contra el país agresor. Esto nos permite utilizar esas evidencias no sólo personalmente contra los soldados perpetradores, siempre que podamos identificarlos. Pero si no pudiéramos identificarlos, todavía podremos usar esa información y las evidencias para confirmar casos de crímenes cometidos por el ejército ruso en el territorio de Ucrania".