El portal de la sede de las Damas de Blanco, ubicada en la barriada de Lawton, en La Habana, amaneció este miércoles con un paquete de “imitación de brujería”, denunció en redes sociales el exprisionero político Ángel Moya, esposo de la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler.
Envueltos en un papel de cartucho, aparecieron sobre el piso "un coco viejo, una hoja de plátano, como tres caracoles", y otras menudencias que Moya no pudo identificar.
El opositor apunta como responsable del acto de vandalismo a la Seguridad del Estado, y explica por qué.
Según el prisionero político de la Primavera Negra de Cuba, “nadie en el barrio lo haría, puesto que todos nuestros vecinos, y más allá, conocen que hay tres cámaras de vigilancia activas apuntando contra la sede”.
De acuerdo con Moya, el propósito de esta provocación es que, tanto él como Soler, empiecen a sospechar y acusar a sus vecinos, ya que entre ellos hay "varios practicantes de esa religión originaria de África".
Las Damas de Blanco fueron fundadas en 2003, al calor del encarcelamiento de setenta y cinco miembros de la entonces emergente sociedad civil cubana.
Esta organización femenina, merecedora en 2005 del Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, que otorga el Parlamento Europeo, está integrada por madres, hermanas y esposas de esos presos políticos, y los que siguieron después.
Desde su fundación, las miembros de las Damas de Blanco han sido objeto de la represión por parte del régimen cubano, padeciendo acoso, amenazas, arrestos y encarcelamientos. En estos momentos, cuatro de sus miembros se encuentran cumpliendo largas condenas en diferentes prisiones de la isla.
Recientemente, el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), con sede en Washington, presentó una petición a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que "declare la responsabilidad internacional del Estado de Cuba por las violaciones perpetradas contra 55 mujeres por integrar las Damas de Blanco, y contra la misma organización cubana, con el propósito de desarticularla e impedir que continúe con su labor de defensa de derechos humanos".