La regata de veleros Miami-La Habana, recuperada en 2016 después de más medio siglo de interrupción, largó este miércoles desde Miami Beach con unas 40 embarcaciones como participantes, en su inmensa mayoría estadounidenses.
La competición es organizada por los clubes náuticos Coral Reef (EE.UU.) y Hemingway (Cuba) con ayuda de la organización sin ánimo de lucro Southern Ocean Racing Conference (SORC), con sede en Miami.
La SORC fue revitalizada en 2016 para poner en marcha de nuevo la regata al calor del acuerdo cubano-estadounidense de normalización de relaciones anunciado a fines de 2014.
Treinta y siete embarcaciones de 31 a 80 pies de eslora y de diversas clases participan en esta carrera de 210 millas náuticas de largo, según la web de la organización.
Con la ruptura de las relaciones cubano-estadounidenses después de la Revolución se hizo ilegal para los regatistas estadounidenses poner la proa hacia Cuba, algo que es posible ahora gracias al acuerdo para la normalización de relaciones anunciado en diciembre de 2014.
Las regatas oficiales entre EE.UU. y Cuba se suspendieron en 1959, el año del triunfo de la Revolución en la isla. La última realizada antes de la suspensión unió las ciudades de St. Petersburg, en el norte de Florida, y La Habana, un circuito que se inició en 1930.