El Ministro de Economía y Planificación de la República de Cuba, Alejandro Gil Fernández, defendió esta semana la existencia de las polémicas tiendas en divisa, una red de comercios que la mayoría de la población rechaza por inalcanzable y por aumentar la desigualdad social.
Gil Fernández dijo que esta cadena de tiendas, creadas en 2019, tiene un carácter transitorio que se extenderá hasta que se logre "la recuperación de la economía" y el peso cubano, la moneda oficial de Cuba, alcance "capacidad real de compra".
En estos establecimientos solo se puede comprar en Moneda Libremente Convertible (MLC), por medio de una tarjeta que se recarga con divisas internacionales en el sistema financiero del gobierno. Para muchos es una falta de respeto a los trabajadores cubanos que reciben su salario en pesos. También porque en un inicio se dijo que ofertarían "productos de alta y media gama" y ahora muchos productos de primera necesidad sólo se ofertan en estas tiendas, en expansión en todas las regiones del país.
El ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil. (Yamil LAGE/AFP)
"Sabemos que la población no puede resolver totalmente sus necesidades en esos establecimientos en MLC, y que hay un grupo de productos que tenemos que ofertar en esta moneda, pero si mañana los ponemos en moneda nacional van a durar 15 días y después no habrá ni en divisa ni en peso", argumentó el funcionario.
Gil Fernández aseguró que se trata de una medida de justicia social porque "permite la redistribución de la divisa en función del aprovisionamiento de la red comercial en peso".
Una petición en la plataforma digital Change.org titulada Cierren las tiendas MLC/Dólares en Cuba supera ya las 12 mil firmas y denuncia que estos comercios generan segregación económica y exclusión social.
El ministro se refirió a otro grave problema que define el estado actual de la economía cubana: enfrentar la inflación.
Gil Fernández dijo que esto se logra con el incremento de ofertas por el Estado, en moneda nacional, algo que no se da "de un día para otro pues ello ha estado restringido por la escasez de insumos, fundamentalmente en la actividad agrícola y en la industrial, debido a la falta de divisas y este problema por el bloqueo, la COVID-19 y por las medidas del gobierno norteamericano dirigidas a evitar que entren remesas a Cuba".
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El funcionario reconoció que "algunas de las decisiones adoptadas en aras de la gradual recuperación de la economía no han tenido aun el impacto esperado" y defendió que "no es un problema de diseño –como muchos consideran-".
El reporte correspondiente a enero del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) sobre el descontento social en la isla registró un total de 100 protestas motivadas por motivos económicos y sociales, la mayoría apuntan contra el derrumbe del poder adquisitivo debido a la inflación (generada por el llamado Ordenamiento de la Economía).