"Estoy convencido de que en nuestra vida este bello país disfrutará de la libertad", dijo el líder polaco.
A sus 70 años de edad el líder polaco Lech Walesa confiesa su dedicación a fomentar la paz y a enseñar a los cubanos a lograr cambios en la isla caribeña por la vía no violenta, según trascendió en una entrevista concedida este miércoles a la agencia católica ACIPRENSA.
“Damos sugerencias sobre el modo de manejar el diálogo, partiendo de nuestras propias experiencias, e intentando convencer de que la unidad de metas abre el camino de la libertad. Estoy convencido de que en nuestra vida este bello país disfrutará de la libertad y seguirá desarrollándose porque tiene un enorme potencial”, refirió el Premio Nobel de la Paz 1983 y presidente de Polonia entre 1990-1995.
Walesa fue uno de los principales líderes del Sindicato Solidaridad, que ayudó a derrocar al comunismo en ese país.
El Instituto Lech Walesa desarrolla el programa ‘En solidaridad con Cuba’ mediante el cual "se trata de enseñar a la gente que busca la libertad y a las organizaciones de la sociedad civil de qué manera es posible luchar por la libertad por el camino de la paz”, afirmó el defensor de los derechos humanos en referencia a las sugerencias que hace a los líderes y activistas prodemocráticos cubanos.
En la entrevista agradeció la ayuda que recibió de parte del Sumo Pontífice en la lucha por derrocar el comunismo en su país: “Juan Pablo II tuvo un rol decisivo para que sucediera de esta manera, pacífica y efectiva, y no de otra” y explicó que el clero y la iglesia católica en general, “sus representantes, los obispos y sacerdotes, fueron siempre compañeros de lucha en momentos decisivos. Por todos los medios posibles, con su autoridad, invitaban al diálogo y daban testimonio de la verdad. Su apoyo espiritual y sus oraciones no tienen precio”.
Walesa mencionó a otros políticos que tuvieron influencia marcada en su vida y en el desarrollo de los aconteciminetos que llevaron a Polonia a la libertad como la primera ministra británica Margaret Thatcher, “una figura de un gran peso político, que hizo grandes méritos para el bien de su propia patria, Europa y el mundo y quien no tuvo miedo de decir abiertamente lo que el mundo debe a los polacos por la lucha que soportaron tanto tiempo. Hoy en día no es fácil encontrar figuras de este calibre”.
También elogió al presidente estadounidense Ronal Reagan por su “sabiduría sobresaliente” y por ser un "político muy eficaz” y al ex premier soviético Mijaíl Gorvachov, quien vio venir los cambios y reconoció “que la reparación del comunismo ya no era posible”.
“Damos sugerencias sobre el modo de manejar el diálogo, partiendo de nuestras propias experiencias, e intentando convencer de que la unidad de metas abre el camino de la libertad. Estoy convencido de que en nuestra vida este bello país disfrutará de la libertad y seguirá desarrollándose porque tiene un enorme potencial”, refirió el Premio Nobel de la Paz 1983 y presidente de Polonia entre 1990-1995.
Walesa fue uno de los principales líderes del Sindicato Solidaridad, que ayudó a derrocar al comunismo en ese país.
El Instituto Lech Walesa desarrolla el programa ‘En solidaridad con Cuba’ mediante el cual "se trata de enseñar a la gente que busca la libertad y a las organizaciones de la sociedad civil de qué manera es posible luchar por la libertad por el camino de la paz”, afirmó el defensor de los derechos humanos en referencia a las sugerencias que hace a los líderes y activistas prodemocráticos cubanos.
En la entrevista agradeció la ayuda que recibió de parte del Sumo Pontífice en la lucha por derrocar el comunismo en su país: “Juan Pablo II tuvo un rol decisivo para que sucediera de esta manera, pacífica y efectiva, y no de otra” y explicó que el clero y la iglesia católica en general, “sus representantes, los obispos y sacerdotes, fueron siempre compañeros de lucha en momentos decisivos. Por todos los medios posibles, con su autoridad, invitaban al diálogo y daban testimonio de la verdad. Su apoyo espiritual y sus oraciones no tienen precio”.
Walesa mencionó a otros políticos que tuvieron influencia marcada en su vida y en el desarrollo de los aconteciminetos que llevaron a Polonia a la libertad como la primera ministra británica Margaret Thatcher, “una figura de un gran peso político, que hizo grandes méritos para el bien de su propia patria, Europa y el mundo y quien no tuvo miedo de decir abiertamente lo que el mundo debe a los polacos por la lucha que soportaron tanto tiempo. Hoy en día no es fácil encontrar figuras de este calibre”.
También elogió al presidente estadounidense Ronal Reagan por su “sabiduría sobresaliente” y por ser un "político muy eficaz” y al ex premier soviético Mijaíl Gorvachov, quien vio venir los cambios y reconoció “que la reparación del comunismo ya no era posible”.