¿Es cierto que en Cuba desapareció el ministerio que antes dirigía Ramiro Valdés?

¿Es cierto que en Cuba desapareció el ministerio que antes dirigía Ramiro Valdés?

No es cierto, el ministerio de la informática y la computación, en esencia, no desapareció, pero sí ha sido modificado considerablemente en un cambio reciente, aprobado por el decreto-ley 308 del 2013, que fue publicado el pasado viernes en una edición extraordinaria de la gaceta oficial y reproducido en el periódico Granma.

Según esta nueva decisión del gobierno de Raúl Castro, se cambia la denominación actual del ministerio de la informática y la computación por la de ministerio de comunicaciones, en un intento de regresar a la estructura administrativa que antes tenía esta rama de la industria cubana.

Un esfuerzo por abandonar el gigantismo estatal y el estilo soviético de centralización absoluta de todas las operaciones industriales en un solo cuerpo administrativo.

Según el propio decreto - ley, con esta reestructuración el gobierno de Raúl Castro busca fortalecer el nuevo ministerio para que pueda cumplir la misión principal de dirigir, supervisar y controlar la política del estado y el gobierno en cuanto al sistema único de comunicaciones del país.
Hay una contradicción en el texto de la nueva medida, que por un lado preserva las posiciones de control único del organismo estatal, pero que también declara que el ministerio de comunicaciones solo se encargará de las funciones estatales, mientras las empresariales serán asumidas por dos entidades de dirección empresarial bajo su supervisión:

- El grupo empresarial correos de cuba y
- El grupo empresarial de informática y comunicaciones.

En ambos grupos se aunarán las empresas asociadas con las actividades de correos, las radiocomunicaciones e informática, y las de aseguramiento industrial y de servicios a sus sistemas.

Así que no desaparece como tal el ministerio pero se desmiembran sus estructuras para que una parte del sistema controle las políticas a nivel de estado y otra parte controle las operaciones productivas y comerciales.

Este sistema de perfeccionamiento empresarial ya fue defendido como estrategia vital en los años 80 del siglo pasado, sin ningún resultado extraordinario.

Lamentablemente las intenciones de entonces de conseguir grupos empresariales eficientes chocaron con el sistema de control centralizado del estado.

Una situación que no ha cambiado en la actualidad y que permite dudar del resultado que tal modificación pueda tener para la economía cubana en el actual panorama de crisis que vive el país.

La solución no está en modificar el sistema estatal con empresas más pequeñas sino en crear empresas diferentes, que no produzcan a tenor de un plan estatal sino en dependencia de la oferta y demanda del mercado.

Se está cambiando la forma, pero no el contenido. Un sistema inoperante sigue siendo inoperante sin importar el tamaño que se le ponga.