Entre familiares hemos organizado una especie de charada, no participan extraños, uno de nosotros recoge los números y las apuestas, luego sabemos el ganador por alguien que tiene antena y sin problema le damos el dinero al ganador. ¿Nos pueden acusar de juegos prohibidos?
Sí, los pueden acusar. Sin importar el nivel de relación familiar o los lazos sanguíneos que existan entre los involucrados, todos los que participen en este tipo de juego de azar son autores del delito de juego prohibido a tenor de lo que establece el artículo 129 del código penal cubano.
La figura delictiva no guarda relación con el parentesco sino con la función que cada uno realice en este tipo de práctica.
El artículo del juego prohibido establece que los autores serán:
El banquero, que es aquel que financia la operación del juego prohibido, la persona que aporta el capital inicial para que las apuestas, ajustes y coordinaciones se puedan garantizar previas al evento. Funciona como una especie de dueño o actor principal de la red de juego.
El colector, que es aquel que recoge el dinero de las diferentes personas que apuestan o acuerdan poner cierta cantidad de dinero en manos de un tercero hasta tanto se realice el evento.
El apuntador, que es el que lleva las listas, padrones o record de las apuestas realizadas por los apostadores.
El promotor de juegos ilícitos, que es que de cualquier forma incentive o participe en el juego prohibido. Esta es la figura por la que, comúnmente, se sanciona a los jugadores o apostadores.
Por cometer estos hechos se establecen sanciones de uno a tres años o multa de trescientas o mil cuotas.
Así que sin importar si se trata de primos, hermanos, hijos o padres, si hay un banquero, un apostador, un colector y un jugador están cometiendo el delito de juego prohibido y pueden ser sancionados.
La situación puede ser más grave, ya que si bien no importa el lazo de consanguinidad imperante entre los jugadores, sí importa la edad y la cantidad de los participantes.
El artículo establece que aumentará el marco sancionador, de tres a ocho años si el delito se comete por dos o más personas, o utilizando menores de 16 años de edad.
Escuchar los resultados de la lotería por una antena ilegal es también una contravención perseguida por las leyes vigentes en Cuba.
Sí, los pueden acusar. Sin importar el nivel de relación familiar o los lazos sanguíneos que existan entre los involucrados, todos los que participen en este tipo de juego de azar son autores del delito de juego prohibido a tenor de lo que establece el artículo 129 del código penal cubano.
La figura delictiva no guarda relación con el parentesco sino con la función que cada uno realice en este tipo de práctica.
El artículo del juego prohibido establece que los autores serán:
El banquero, que es aquel que financia la operación del juego prohibido, la persona que aporta el capital inicial para que las apuestas, ajustes y coordinaciones se puedan garantizar previas al evento. Funciona como una especie de dueño o actor principal de la red de juego.
El colector, que es aquel que recoge el dinero de las diferentes personas que apuestan o acuerdan poner cierta cantidad de dinero en manos de un tercero hasta tanto se realice el evento.
El apuntador, que es el que lleva las listas, padrones o record de las apuestas realizadas por los apostadores.
El promotor de juegos ilícitos, que es que de cualquier forma incentive o participe en el juego prohibido. Esta es la figura por la que, comúnmente, se sanciona a los jugadores o apostadores.
Por cometer estos hechos se establecen sanciones de uno a tres años o multa de trescientas o mil cuotas.
Así que sin importar si se trata de primos, hermanos, hijos o padres, si hay un banquero, un apostador, un colector y un jugador están cometiendo el delito de juego prohibido y pueden ser sancionados.
La situación puede ser más grave, ya que si bien no importa el lazo de consanguinidad imperante entre los jugadores, sí importa la edad y la cantidad de los participantes.
El artículo establece que aumentará el marco sancionador, de tres a ocho años si el delito se comete por dos o más personas, o utilizando menores de 16 años de edad.
Escuchar los resultados de la lotería por una antena ilegal es también una contravención perseguida por las leyes vigentes en Cuba.