La acusación sobre la “reescritura de la historia» es una de las técnicas favoritas de la propaganda rusa. Todos a quienes les da ganas “reescriben la historia”: en Occidente, en Ucrania y en otros países postsoviéticos. Sólo Rusia conserva la historia en su forma original.
No obstante, en una rueda de prensa dedicada a la presentación de la nueva versión del libro de texto de historia del país para la enseñanza secundaria, el exministro de Cultura y ahora asesor del presidente de Rusia, Vladimir Medinsky, habló abiertamente de la reescritura de la historia.
Los autores del manual han decidido “corregir” la historia del pasado soviético y ruso para que encajara con los principales relatos de la propaganda estatal. De hecho, en mi opinión, se trata de un libro de texto de propaganda e inmoralidad para estudiantes de secundaria.
Creo que algún día este libro, que lleva el puente de Kerch en la portada, se convertirá en una de las pruebas para acusar a Medinsky y a sus cómplices de facilitar la criminal agresión de la Federación Rusa contra Ucrania, rehabilitar los crímenes comunistas y justificar las prácticas inhumanas totalitarias del régimen de Putin en la propia Rusia. Es curioso que a partir de cierto punto, este sorprendente “libro de texto” deje de hablar por completo de la historia rusa. Sus autores dedican prácticamente toda su atención a la historia de otro país: Ucrania.
Es por eso que aparece el puente de Kerch en la portada. Es por eso que entre las últimas secciones del libro de texto de historia (!) ruso hay capítulos titulados: “El neonazismo ucraniano”, “El golpe de Estado de 2014 en Ucrania”, “La recuperación de Crimea”, “El destino del Donbás”, “Los acuerdos de Minsk…”, “La agravación de la situación”, “La operación militar especial”, “Nuevas regiones”, “Ucrania: el país neonazi”, “La operación militar especial y la sociedad rusa”… Y os preguntaréis, ¿qué es lo que está pasando en Rusia durante todo este tiempo? Pero al parecer, a Medisnky y a su coautor —el redactor del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Anatoliy Torkunov— eso les preocupa más bien poco. Estoy seguro de que los propagandistas de alto rango no sólo están reescribiendo la historia, sino que están corrompiendo literalmente a las generaciones futuras en Rusia y en los territorios ocupados de Ucrania.
Concurso Miss Unarmia (Ejército joven) en Tuvá, Rusia
Hace más de tres décadas que la Unión Soviética dejó de existir. Sin embargo, los libros de texto de historia soviéticos, con su descarada falsificación de los acontecimientos, su propaganda y su odio a todo lo viviente, se manifiestan de vez en cuando a través de la visión del mundo y la perspectiva de la vida de quienes terminaron la escuela hace muchos años. Si la gente no aborda los acontecimientos históricos en su vida adulta —¿y cuántos lo hacen?—, entonces muchos siguen viviendo con los clichés históricos soviéticos, incluso hoy en día. Y al mismo tiempo, creen que están libres de la influencia de la ideología soviética.
Estoy seguro de que lo mismo ocurrirá con el manual de Medinsky. Ya en septiembre, los alumnos rusos nacidos en 2007 empezarán a estudiar con este libro de texto, ¡imagináoslo! Y eso a pesar de que sus compañeros ucranianos estudiarán en refugios antibombas y aprenderán sobre la anexión de Crimea, la guerra en el Donbás y la invasión de Ucrania en febrero de 2022. La mentira de unos libros de texto contrarrestará la verdad de otros.
Así se sientan las bases del futuro enfrentamiento a largo plazo entre las sociedades rusa y ucraniana. Imagino que el manual de Medinsky desempeñará su papel: la guerra se acabará, pero el odio permanecerá por mucho tiempo, muchísimo, hasta que las nuevas generaciones de rusos y ucranianos empiecen a estudiar la misma historia, una historia en la que no habrá lugar para propaganda y mentira.
Es por eso por lo que el libro que sienta las bases de futuras guerras y conflictos, que condena a la muerte y al sufrimiento a las futuras generaciones de los habitantes de países vecinos, es sin duda un auténtico libro de texto de inmoralidad.
[Este artículo de Vitaliy Portnikov, para Krym.Realii fue traducido por StopFake]