¿Puede catalogarse como beneficiosa para los cubanos de la isla la nueva ley migratoria en vigor a partir del lunes 14 de enero?
La nueva ley migratoria establece mejores condiciones en algunos aspectos para los viajeros cubanos, pero en esencia mantiene las restricciones de viaje que siempre han sufrido los cubanos y el control estatal y represivo que ha caracterizado la política migratoria del gobierno cubano.
No se puede negar que estamos ante la más profunda y abarcadora reforma migratoria de los últimos 50 años. Pero tampoco se puede negar que persisten los problemas principales que enfrenta el ciudadano cubano para tener la plena libertad de decidir a donde y como viajar.
La mayor ventaja que la nueva ley brinda a los ciudadanos cubanos, y también la más publicitada, está asociada a la desaparición de la mundialmente criticada tarjeta blanca o permiso de salida. De esta forma ya no se necesitará de un permiso gubernamental para salir del país, una función que era cubierta por las oficinas locales de inmigración, subordinadas al ministerio del interior.
También se elimina la necesidad de presentar una carta de invitación formalizada y avalada por un ciudadano no cubano, como requisito indispensable para iniciar el trámite de solicitud del permiso de salida.
En lo adelante solo se necesitará del pasaporte cubano como único requisito para viajar.
La desaparición de estos dos procedimientos burocráticos no deja al cubano en libertad de viajar al exterior cuando y como desee. El ministerio del interior sigue manteniendo el control y la potestad sobre el derecho a viajar, ahora ejerce esta potestad mediante el otorgamiento discrecional de los pasaportes.
Solo el ministerio del interior tiene facultad para expedir los pasaportes y se reserva el derecho de negarle este documento migratorio a las personas que habitualmente han sido reprimidas o restringidas en su posibilidad de viajar.
Por lo que las ventajas fundamentales que pueden tener los viajeros cubanos con la nueva ley migratoria son más de contenido económico e inmediatez, que de alcance social o libertad de decisión.
Al eliminar la carta de invitación y la tarjeta blanca cada viajero cubano se ahorra más de 200 CUC en trámites legales. Si bien el costo del pasaporte asciende de unos 50 CUC a 100 CUC.
Otra ventaja importante está asociada a la extensión del tiempo legalmente concedido a cada viajero para permanecer en el exterior, que pasa de 11 a 24 meses, sin necesidad de pagar las extensiones del permiso de salida en los consulados cubanos en el exterior.
Pero persiste el derecho del estado cubano como órgano rector de la voluntad de viajar de sus ciudadanos, reprimiendo a quienes le resultan incomodos e imprescindibles, o son clasificados como opositores.
La nueva ley migratoria establece mejores condiciones en algunos aspectos para los viajeros cubanos, pero en esencia mantiene las restricciones de viaje que siempre han sufrido los cubanos y el control estatal y represivo que ha caracterizado la política migratoria del gobierno cubano.
No se puede negar que estamos ante la más profunda y abarcadora reforma migratoria de los últimos 50 años. Pero tampoco se puede negar que persisten los problemas principales que enfrenta el ciudadano cubano para tener la plena libertad de decidir a donde y como viajar.
La mayor ventaja que la nueva ley brinda a los ciudadanos cubanos, y también la más publicitada, está asociada a la desaparición de la mundialmente criticada tarjeta blanca o permiso de salida. De esta forma ya no se necesitará de un permiso gubernamental para salir del país, una función que era cubierta por las oficinas locales de inmigración, subordinadas al ministerio del interior.
También se elimina la necesidad de presentar una carta de invitación formalizada y avalada por un ciudadano no cubano, como requisito indispensable para iniciar el trámite de solicitud del permiso de salida.
En lo adelante solo se necesitará del pasaporte cubano como único requisito para viajar.
La desaparición de estos dos procedimientos burocráticos no deja al cubano en libertad de viajar al exterior cuando y como desee. El ministerio del interior sigue manteniendo el control y la potestad sobre el derecho a viajar, ahora ejerce esta potestad mediante el otorgamiento discrecional de los pasaportes.
Solo el ministerio del interior tiene facultad para expedir los pasaportes y se reserva el derecho de negarle este documento migratorio a las personas que habitualmente han sido reprimidas o restringidas en su posibilidad de viajar.
Por lo que las ventajas fundamentales que pueden tener los viajeros cubanos con la nueva ley migratoria son más de contenido económico e inmediatez, que de alcance social o libertad de decisión.
Al eliminar la carta de invitación y la tarjeta blanca cada viajero cubano se ahorra más de 200 CUC en trámites legales. Si bien el costo del pasaporte asciende de unos 50 CUC a 100 CUC.
Otra ventaja importante está asociada a la extensión del tiempo legalmente concedido a cada viajero para permanecer en el exterior, que pasa de 11 a 24 meses, sin necesidad de pagar las extensiones del permiso de salida en los consulados cubanos en el exterior.
Pero persiste el derecho del estado cubano como órgano rector de la voluntad de viajar de sus ciudadanos, reprimiendo a quienes le resultan incomodos e imprescindibles, o son clasificados como opositores.