Líder opositor cubano dice que es hora de iniciar la transición

José Daniel Ferrer, Juana Mora Cedeño y Antonio Rodiles en un encuentro con Barack Obama el 22 de marzo de 2016 en La Habana. AP Photo/Pablo Martinez Monsivais

José Daniel Ferrer, el Coordinador General de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y Promotor de Cuba Decide, escribió una columna de opinión para el diario español ABC donde indica que ya es hora de iniciar una transición en Cuba.

"Es la hora de iniciar la transición a la democracia en Cuba y todos debemos dar nuestro mejor aporte. Además de deber moral, a todos nos conviene", asegura Ferrer.

"Para salir de la grave crisis en que se encuentra inmersa nuestra patria, urge un Diálogo Nacional respetuoso y constructivo que dé inicio al proceso de transición hacia la democracia. Demorarlo más, resulta muy peligroso para todos. El Movimiento San Isidro, con su sacrificio y valor, ha dado lugar a un escenario de solidaridad y justos reclamos de derechos y espacios, que deben ser consolidados y extendidos por todo el territorio nacional y la diáspora cubana. Sin lucha firme, sin crecientes presiones de todos, no habrá libertad ni bienestar en nuestra nación. El opresor no respeta nunca voluntariamente los derechos de los oprimidos", indica el líder opositor.

Ferrer dice que los dirigentes de línea dura del régimen deben entender que no pueden continuar sometiendo al pueblo cubano a la miseria extrema y a la total opresión.

"De nada les sirve ya, culpar a otros de lo que es responsabilidad de ellos. La represión y las mentiras no podrán demorar demasiado tiempo el estallido social que siempre es consecuencia de la intransigencia de quienes gobiernan tiránicamente. Cuanto más se aferren y dañen al pueblo, más severa será la justicia con ellos. Nada mejor para todos que una transición pacífica y ordenada a un Estado de Derecho", plantea el expreso político de la Primavera Negra.

También hace un llamado a los funcionarios moderados y con ideas reformistas en las estructuras del régimen a "ser más audaces, defender sus criterios, enfrentar a los intransigentes y pensar en el bienestar de la nación.

A los opositores, periodistas, activistas y artistas les pide mayor solidaridad y unidad en la acción: "Necesitamos mayor comunicación y confianza entre todos. El régimen sabe cómo dividir y potenciar la desconfianza y rivalidades. Neutralicemos sus infames acciones, venzamos juntos cuantos obstáculos nos interpongan. Trabajemos con la mejor coordinación para motivar a esos miles de compatriotas que quieren libertad y democracia, pero hasta ahora se mantienen distantes y apáticos a toda lucha por sus derechos. Es hora de controlar egos y estar muy conectados, como expresan los del Movimiento San Isidro".

El creador de la UNPACU insta a los los profesionales, trabajadores, campesinos, estudiantes, cuentapropistas, desocupados y amas de casa "que hasta ahora nada o muy poco hacen por sus derechos individuales y la democratización de la Nación" a que reflexionen sobre la grave crisis.

Además pide a las instituciones religiosas de Cuba un papel más activo y comprometido con los activistas del Movimiento San Isidro, los presos políticos, las víctimas de la constante represión, los hambrientos y enfermos, los perseguidos y oprimidos.

"No es inmiscuirse en «política», es cumplir con el sagrado deber de todo cristiano de estar del lado del bien y la justicia", dice Ferrer.

El opositor dice que los cubanos emigrados juegan un papel crucial en la lucha por la libertad: "Nada más vergonzoso que un cubano que salió en busca de libertad y bienestar, por temor o mezquinos intereses, apoye a la tiranía que oprime y empobrece a la nación".

Por otra parte pide una mayor solidaridad del Gobierno y el pueblo estadounidense e insta a la próxima Administración a mantener e incrementar las medidas contra el régimen. mayor coherencia a los partidarios de la democracia y de los defensores de los derechos humanos en Latinoamérica, pues dice que su "silencio ante los desmanes del régimen castrocomunista no solo resulta inmoral, sino también muy perjudicial para sus respectivos pueblos".

Finalmente pide a las naciones de Europa ser "más exigentes con el régimen castrocomunista y más solidarios con el pueblo, los defensores de los derechos humanos, opositores pacíficos, periodistas y artistas independientes y con todas las víctimas de la represión gubernamental.