Mario y Lincoln Díaz-Balart elogian la vida y obra de Carrie Meek, legisladora afrodescendiente de la Florida

Lincoln Diaz-Balart, la secretaria de Estado Madeleine Albright, Carrie Meek e Ileana Ros-Lehtinen en la ceremonia de apertura de la Oficina de Transmisiones a Cuba, el 5 de febrero de 1999 en Miami, Florida.

Carrie Meek, una de las primeras afrodescendientes de la Florida elegidas al Congreso de Estados Unidos desde la Reconstrucción, murió el domingo a los 95 años de edad.

Meek falleció en su casa en Miami después de una larga enfermedad, dijo su familia en un comunicado, sin mencionar la causa de la muerte.

El congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart expresó sus condolencias y elogió la vida y obra de la legisladora. "Era una leyenda en vida y una institución". También afirmó que la gente admiraba sus principios y su pasión.

Lincoln Díaz-Balart, exlegislador republicano de la Florida, destacó que él y Meek trabajaron en los años 90 en causas muy nobles, y que era una gran persona.

Carrie Meek tenía 66 años cuando ganó las primarias demócratas del Congreso de 1992 en su distrito del condado de Miami-Dade, sin la oposición de un canditato republicano.

Alcee Hastings y Corrine Brown se unieron a Meek en enero de 1993 como los primeros floridanos negros en servir en el Congreso desde 1876, ya que los distritos del estado habían sido rediseñados por los tribunales federales de acuerdo con la Ley de Derechos Electorales de 1965.

En su primer día en el Congreso, Meek reflexionó que si bien su abuela, una esclava en una granja de Georgia, nunca podría haber soñado con tal logro, sus padres le dijeron que todo era posible.

En el Congreso, Meek defendió la acción afirmativa, las oportunidades económicas para los pobres y los esfuerzos para reforzar la democracia y aliviar las restricciones de inmigración en Haití, el lugar de nacimiento de muchos de sus electores.