Médico huelguista agradece apoyo de la gente "de derecha y de izquierda"

Jeovany Jiménez, volverá a ejercer su profesión

El Cardenal Jaime Ortega y varios miembros de la Iglesia Católica lo ayudaron durante su ayuno
Después de 26 días en huelga de hambre el médico cubano, Jeovany Jiménez, abandonó su posición luego de que el Gobierno cediera ante sus demandas. Ingresado desde la tarde del pasado jueves en el Hospital de Artemisa por su deteriorado estado de salud, a partir del sábado las autoridades del Ministerio de Salud Pública lo habilitaron nuevamente en su puesto de trabajo junto a, Rodolfo Martínez, suspendidos ambos por juntar unas 300 firmas para pedir un aumento de salario. En la entrevista que le ofreciera a Radio Martí, Jeovany Jiménez, dio nuevos detalles de su experiencia y habló de la trascendencia de su huelga.

¿Qué importancia usted le concede a esto?

En lo personal es la combinación de una ardua lucha. Fueron cinco o seis años que tuve que guiar todos mis esfuerzos hacia eso porque veía que era una injusticia y tenía razones muy poderosas, pero creo que eso es algo que deben aprender tanto las personas que están en el poder como en la sociedad.
La reconciliación además de ocupar un elemento importante dentro de mi personalidad en lo social es una de las vías que tiene este país para salvarse y que el futuro está en la tolerancia y el poder entender que está en una sociedad distinta que ya no es la misma.

¿Qué sectores de la sociedad cubana le ofrecieron su apoyo?

El pueblo de Guanajay, de su comunidad católica y de otras congregaciones religiosas, del Cardenal Jaime Ortega, del obispo de Pinar del Río pero también sectores disidentes y personas comprometidas con las autoridades. Yo creo que primó más que el factor político, el factor humano. A mí se acercaban todas las personas de derecha y de izquierda… En este contexto la Iglesia Católica tuvo un rol de apoyo inmediato hacia mi persona.

¿Lo apoyaron los miembros de su sector?

Yo recibí el apoyo de los colegas que me conocían, de algunos compañeros de trabajo pero esa es una pregunta bien compleja. Aquí en Cuba el sector nuestro es solidario pero paradójicamente una parte de ellos no se atrevía a acercarse porque estamos viviendo en un estado de miedo que es muy difícil explicarle a alguien que no viva en este país, pero sí agradezco a los que tuvieron la hombría de apoyarme abiertamente. Uno esperaba mayor apoyo abierto…

¿En qué pensaba durante su huelga de hambre?

Había momentos en que era mejor no pensar; yo tengo una familia que me quiere, soy el único hijo de mi madre pero en lo primero que pensé es en el convencimiento de tener una verdad bien sólida y de haber sido víctima de una injusticia muy grande.

Si tuviera la oportunidad de regresar el tiempo ¿repetiría su huelga de hambre?

Después de haber estado tocando las puertas a mi gobierno reclamando una causa justa sin que se me respondiera, siendo ignorado, avasallado, llegado a este punto a pesar de tener una familia, sí, como no.

¿Considera su huelga un triunfo?

En lo personal lo considero un gran triunfo; estoy en un país que se habla de un estado de derecho, donde se violentan los derechos de las personas, donde no hay división real de poderes. Yo creo que no solo los médicos sino la sociedad cubana debe verse aleccionada y evolucionar hacia la tolerancia tanto las personas que están en el poder como la contraparte a la hora de exigir sus derechos.

¿Después que ganó su demanda cual ha sido la reaccion?

El teléfono de mi casa no ha parado de sonar, allá en Guanajay donde trabajé dicen que fue un júbilo generalizado y las personas me felicitan, he visto hombres llorando delante de mí. Ha sido una cosa espontánea y muy bonita. Se me han acercado trabajadores del sector para felicitarme…

¿Cómo le gustaria que recordaran su acto?

Si algún mensaje tiene que dar es mi aspiración de que Cuba salga adelante a través de la tolerancia y el respeto y que sea por medios pacíficos, que el pueblo de Cuba conquiste derechos que se le ha privado durante décadas y que todas las medidas que se tomen sean reales, no sean cosméticas y que cambien en esencia la vida de los cubanos,que todos los cubanos aprendan a respetarse unos a otros y que ninguno trate de enseñorearse sobre el otro.

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Testimonio del médico, Jeovany Jiménez, luego de terminar su huelga de hambre