Han pasado 50 años desde que los primeros cubanos inconformes se alzaran contra el régimen castrista que tomó el poder en 1959. Desde entonces, no han cesado los vituperios y las tergiversaciones contra los guerrilleros, amén de los enconos entre los dos bandos.
Este martes, el diario oficial Granma vuelve con "A 50 años de la victoria sobre el bandidismo", una diatriba en la que sobresalen apuntes polémicos que han sido rebatidos por los propios protagonistas que sufrieron la prisión, castigos corporales y el exilio. Allí han escrito libros, realizado documentales y periódicamente se reúnen para analizar aquellos hechos.
Granma disecciona a su modo la "desarticulación" de las fuerzas opositoras que se rebelaron desde el mismo inicio de la revolución de Fidel Castro en 1959. Para ello apela a la descalificación, las injurias y lo que algunos consideran el "falseamiento de los hechos".
"Las primeras bandas armadas aparecieron en 1959 y estuvieron asociadas fundamentalmente a antiguos miembros de los cuerpos represivos de la tiranía que, tratando de eludir la justicia de los Tribunales Populares, se internaron en zonas de difícil acceso, más como una forma de escapar que de oponer resistencia organizada", indica el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
Sin embargo, la participación de Porfirio Remberto Ramírez (El Negro Ramírez), elegido presidente de la Federación de Estudiantes Universitaria (FEU) en la provincia de Las Villlas; Osvaldo Ramírez, capitán de la Policía; Edel Montiel, director del Hospital de Topes de Collantes; y Agapito Rivera, un joven campesino de la zona central de Cuba, explican la composición variopinta de quienes dejaron sus puestos para buscar algo más que el comunismo que ya se anunciaba en los discursos de Fidel Castro.
Agapito Rivera fue un campesino pegado a la tierra en la zona central de Cuba y su testimonio pone patas arriba las aseveraciones de la historia oficial de que se trataba de "varios grupos o bandas establecidos inicialmente en la zona del Escambray y extendidos luego por todo el país, con el fin de crear el caos y la inseguridad y, llegado el momento, brindar el apoyo a la intervención o invasión planificada por la CIA con el propósito de destruir a la naciente Revolución Cubana".
"Nosotros éramos entre primos y hermanos, diez alzados, y todos éramos campesinos, sin tener fortuna ni nunca pertenecimos a ningún sistema en Cuba ni nunca pertenecimos a nada ni (tuvimos) orientación política", y niega que sus compañeros de lucha Plinio Prieto, Porfirio Ramírez, Sinesio Walsh Ríos (que eran capitanes del ejército rebelde), Margarito Lanza Flores "Tondike" y Carlos González Arnica sean calificados de batistianos.
Agapito "el Guapo" se alzó inconforme por lo que se avecinaba en el país.
"Si tú ves que el que tiene algo, se lo están quitando, que lo hizo honestamente: ¿cuál es tu futuro? No existe, y eso fue lo que el campesinado de aquella época reconoció desde muy temprano", concluyó Rivera quien cayó preso con cuatro heridas de bala, fue condenado a 30 años de cárcel de los que cumplió 25 de ellos. En 1989 salió al exilio en Miami, donde aún reside.
En la misma ciudad, Francisco "Paco" Talavera desglosa lo que considera una infamia por parte de los que componen la historia oficial en Cuba. Cuando se alzó a inicios de los años 60, Talavera estudiaba bachillerato en Santa Clara, en la entonces provincia de Las Villas.
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"Yo no le digo que (no) hubiese dentro de la guerrilla algún simpatizante del gobierno de Batista, pero que yo sepa casi todos eran elementos del Ejército Rebelde y campesinos. Mire, el Escambray lo creó el Gobierno, porque el Gobierno necesitaba un enemigo. Todos los regímenes comunistas han creado enemigos. Ellos sin enemigos no pueden vivir, porque es su sistema", argumenta este hombre que pasó casi 17 años en las prisiones cubanas.
El punto que no toca el citado artículo de Granma es la reconcentración de decenas de miles de campesinos provenientes de Las Villas. Primero fueron llevados a casas confiscadas en Miramar, La Habana. Luego, los hombres fueron ubicados en los "pueblos cautivos" de Sandino, López Peña y Antonio Briones Montoto, en Pinar del Río.
Talavera dijo a Martí Noticias que en 1960 empezaron las reconcentraciones de familias. "Unas para Sandino y otras para Guanajay –en La Habana–. A las mujeres mayormente las llevaban para Guanajay, y los hombres para Sandino. Les quitaron todo lo que tenían esos campesinos, ni Valeriano Weyler hizo eso, fíjese bien. En diciembre de 1971 sacaron 2.000 campesinos más para Briones Montoto y López Peña, y en Miraflores, en Camagüey. Les quitaron todo lo que habían hecho toda su vida (que) era trabajar su finquita. Lo perdieron todo, todo", finalizó.
Los reconcentrados o integrantes de los pueblos cautivos ha sido un tema abordado, incluso, por las propias víctimas. El Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, con sede en Miami, ha realizado documentales y escrito varios compendios de historias y una cronología de ese periodo. El cálculo de una fuente de este centro es de unas 15.000 personas llevadas los pueblos cautivos.