Miembros de UNPACU salieron a la calle a exigir la libertad de los presos políticos en el Día de los Derechos Humanos

La presa política Aimara Nieto Muñoz, junto a su esposo, el opositor Ismael Boris Reñí. (Foto: CubaNet)

Varias horas permanecieron detenidos tres integrantes de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) el pasado viernes 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, por salir a la calle en el municipio Boyeros, La Habana, portando carteles con los que exigían libertad para los presos políticos.

El opositor Ismael Boris Reñí, esposo de la prisionera política Aymara Nieto Muñoz, estuvo entre los arrestados, según el testimonio que ofreció a Radio Martí.

“Salimos a exigirle a la dictadura del régimen castrista el derecho que le corresponde a cada persona a manifestarse libremente y, más, a exigirle la liberación no solamente de los presos políticos, sino, del pueblo de Cuba”, puntualizó Boris Reñí.

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En su declaración a Radio Martí, Boris Reñí se refirió, puntualmente, a la exigencia de liberación de su esposa, la prisionera política y de conciencia Aimara Nieto Muñoz, y “la del líder de UNPACU, José Daniel Ferrer García, y de todos los detenidos el 11 de julio”, dijo, aludiendo a la ola de arrestos ocurridas en esa fecha con motivo del levantamiento popular que, de manera espontánea, se vivió en la isla.

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Detienen el La Habana a tres miembros de UNPACU

“Salimos yo y María Josefa Acón Sardiñas de casa del coordinador de la UNPACU, Zaqueo Báez Herrero, con un cartel”, explicó Reñí. Agregó que portaba un cartel en saludo el Día Internacional de los Derechos Humanos, mientras el de Acón Sardiñas exigía la libertad de Ferrer García “y todos los presos políticos”.

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De acuerdo con el relato del opositor, fueron “brutalmente detenidos por fuerzas policiales y de la Seguridad del Estado”, que los condujeron a la estación de la policía en Calabazar, donde permanecieron durante varias horas.

Otro de los detenidos fue Luis Gutiérrez Campos, quien se manifestó con un cartel en el que exigía la liberación de los prisioneros, y el respeto a los derechos humanos, concluyó Boris Reñí.

(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)