“Me llegó el CBP One mi hermano, estoy contentísimo”, fueron las primeras palabras del cubano invidente, Frank Hernández, cuando recibió la notificación de aceptación de la aplicación electrónica que permite a los migrantes presentar su caso ante un oficial en un punto fronterizo en Estados Unidos.
El exintegrante del equipo de atletismo de la selección Cuba de deportistas con discapacidad se encuentra en Tapachula, estado de Chiapas, México, desde junio pasado tras salir de la isla vía Nicaragua.
“Me da tiempo porque la cita es para el 30 de agosto”, dijo Hernández con la voz quebrada por la emoción.
La Casa Blanca estableció la aplicación CBP One a principios de enero para permitir a los solicitantes de asilo pedir citas para el proceso de ingreso en Estados Unidos. Una vez que se encuentren ante las autoridades pueden realizar la entrevista de admisión por miedo creíble.
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“Ahora tengo que esperar a que alguien conocido, algunos de los que comparte la renta conmigo, le llegue la cita para hacer el viaje juntos hacia la frontera. A mí me toca la entrada por Matamoros, México, hacia Brownsville, Texas”, explicó Hernández, de 48 años.
Recientemente, el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras, CBP, informó que ha aumentado el número de citas disponibles por la aplicación CBP One a 1.450 por día, casi 50% más que las 1.000 diarias que concedía el 12 de mayo, cuando comenzó el proceso.
Lee también Cubanos no están en el grupo de nacionalidades que más han optado por usar CBPOneSin embargo, CBP aclara que las citas no garantizan la admisión o la concesión de parole. Los agentes de la entidad gubernamental determinan caso por caso si el solicitante puede obtener el parole de ingreso a Estados Unidos, que en algunos casos puede extenderse hasta por dos años, incluso mientras realiza los trámites de inmigración.
En el proceso, los migrantes son sometidos a una investigación de seguridad biográfica y biométrica, así como de sus antecedentes.
Hernández, quien residía en Güines, provincia Mayabeque, tiene un hijo que vive en la ciudad de Hialeah, en Florida, con quien no ha vivido en los últimos 10 años.