Mientras la crisis migratoria en Centroamérica amaga con solucionarse nuevamente con el segundo puente aéreo entre Panamá y México, grupos de cubanos han quedado varados a la zona limítrofe con Colombia, y otros son expulsados de Puerto Obaldía por haber llegado demasiado tarde.
Pero la crisis ha resultado ser una serpiente que se muerde la cola, y ahora todo vuelve al punto inicial. Con las fronteras cerradas –Nicaragua cerró la suya con Costa Rica en noviembre pasado, y Costa Rica mantiene un férreo control migratorio en Paso Canoas, limítrofe con Panamá- a los cubanos solo les quedan dos peligrosas alternativas para continuar viaje a Estados Unidos, aventurarse por la selva del Darién o lanzarse al mar.
Ninguna de estas opciones ofrece la seguridad de llegar al final del viaje, y sí ponen a los migrantes manos de los traficantes de personas. Con los llamados coyotes, en peligro de ser estafados y hasta de perder la vida.
El Darién es un hueso duro de roer. La selva que se extiende entre Colombia y Panamá es refugio de narcotraficantes, grupos armados y coyotes. Estos últimos ofrecen sus servicios a los migrantes desesperados, que hasta hace pocos días podían seguir la ruta hasta Puerto Obaldía sin contratiempos, amparados por un salvoconducto que daba otro estatus a su ilegalidad, y los salvaba de tener que ocultarse de las autoridades migratorias.
La última opción a considerar sería regresar a casa, pero la mayoría de los cubanos asegura no tener a qué regresar. Muchos de los isleños que deciden emigrar venden sus pertenencias y propiedades para juntar el dinero necesario, pero en la travesía lo pierden todo, hasta el miedo.
Cubanos expulsados de Panamá piden ayuda
Un cubano expulsado a la fuerza de Puerto Obaldía, a donde llegó el pasado 2 de mayo, no pierde las esperanzas de que el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, les dé una oportunidad a los migrantes que no lograron llegar a tiempo para ser parte de la operación de traslado aéreo hacia México.
“Esperamos que el presidente [Varela] pueda hallar una salida a esta crisis migratoria de cubanos”, dijo.
Your browser doesn’t support HTML5
Pero el mandatario panameño fue enfático cuando dijo a la prensa este lunes que la decisión de cerrar la frontera era difícil pero necesaria, para frenar el paso de los migrantes irregulares.
En su intervención, el mandatario advirtió que “no permitiremos la presencia de personas sin estatus migratorio. Toda persona en nuestro país deberá tener estatus migratorio”.
Sobre acciones en el futuro inmediato para garantizar el cumplimiento de las medidas anunciadas, Varela avisó que “en dos o tres semanas el sistema migratorio cambiará”.
Un grupo de cubanos que vive hoy una situación de emergencia humanitaria en Sapzurro, un poblado colombiano fronterizo con Panamá, pide ayuda hasta al Papa Francisco para que los dejen continuar camino.
“Estamos en condiciones precarias. Aquí no tenemos nada. Estamos sobreviviendo gracias a la ayuda de los vecinos. Necesitamos que el presidente Juan Carlos Varela nos escuche, y nos ayude”, indicó una de las mujeres del grupo, madre un menor enfermo que la acompaña en la travesía y quien dice ser, junto a su esposa, perseguida política en Cuba.