Juan Carlos Ramírez es uno de los más de 300 cubanos que se encuentran varados en el municipio de Tapachula, Chiapas, al sur de México. Un recorrido de más de 15 días a través de siete países lo llevó hasta este punto, donde esta semana hubo una avalancha de personas que salieron de la isla en busca del sueño americano.
"En Cuba dejé a mi familia, a mi hijo de 18 años, porque las condiciones de vida no son muy buenas, lo que gano allá no me alcanza", dice Ramírez y hace una pausa para contener las lágrimas.
Durante esta travesía enfrentaron desde malos tratos hasta negociaciones con traficantes de personas. "Por eso hemos pasado todos, uno tiene que ponerse fuerte y decir que ya no tiene dinero, hemos gastado $3.000", explica Elena Pérez, otra de las cubanas varadas en México.
Y al parecer las dificultades no han terminado. "Ayer estuve en una visita y me dijeron que la comida era muy mala. Te dan muy poquita de cada cosa, les dan comida podrida. Las colchonetas tienen una peste terrible, están llenas de insectos", dice Ramírez.
La mayoría de los cubanos llegó a la estación migratoria Siglo XXI con la esperanza de obtener un salvoconducto que les permita cruzar México en aproximadamente 20 días. Dependiendo de sus recursos, algunos migrantes se trasladan en bus o en avión.
"Nosotros nos entregamos de forma voluntaria. En [el caso de] los mayores, el proceso lo hicieron en un día. Luego decidieron recoger a las familias que andaban con niños chiquitos para agilizar el proceso, cosa que fue mentira. Hace tres días que los tienen atrancados", cuenta Ramírez.
Todos coinciden en que abandonaron la isla por la complicada situación económica.
"Nosotros salimos por problemas económicos, para poder ayudar a la familia desde Estados Unidos", dice Ramírez. Pérez agrega que en Cuba trabajan por un salario básico de $10 al mes y "eso no da para vivir".