Cerca de mil migrantes provenientes de 20 países, pero en su mayoría haitianos y cubanos, están varados en la playa del municipio Necoclí, en Colombia en espera de poder cruzar el golfo de Urabá y seguir a Panamá como parte de la larga travesía hasta la frontera sur de Estados Unidos.
César Zúñiga, director de la Unidad de Gestión del Riesgo y Desastres municipal dijo a TeleAntioquia que la situación es grave porque el municipio de Acandí no les permite el acceso a su territorio y por tanto no les venden boletos para cruzar el Golfo de manera segura, y los migrantes se arriesgarán al cruce "en momentos en que la marea se encuentra bastante complicada".
#ConsejoTA | Ya son 16 días los que completan cerca de mil migrantes en las playas de Necoclí, buscando viajar a Panamá y acercarse al sueño americano. La situación se ha salido de las manos pues muchos ya presentan casos de desnutrición. | https://t.co/4zqWnwLKvl pic.twitter.com/SzeblkSN7r
— Teleantioquia (@Teleantioquia) January 29, 2021
Un reporte de la agencia AFP asegura que entre los extranjeros hay centenar de menores de edad y mujeres embarazadas.
“Nosotros hemos planteado la posibilidad de instalarles unos baños y ponerles unos tanques de agua porque están allí haciendo sus necesidades a campo abierto, a las orillas de la playa”, dijo Zúñiga.
"No han pedido alimentos ni ningún tipo de ayuda, solo quieren que se les permita seguir rumbo a Panamá", dijo el funcionario a TeleAntioquia.
La televisora mencionó que allí hay 230 carpas instaladas con una población que oscila en los 1000 migrantes pero que cada noche llegan más personas.
El alcalde de Necoclí Jorge Tobón Castro dijo que si no cierran la frontera de Ecuador y Colombia los migrantes seguirán llegando.
Por otra parte, el alcalde de Acandí, Alexander Murillo, alertó a la AFP que si llegan a su ciudad, podrían poner en "riesgo de salud" a los residentes debido al COVID-19 e instó a las autoridades a establecer un corredor humanitario hacia la frontera de Panamá.
Colombia cerró sus fronteras terrestres y fluviales desde el 16 de marzo de 2020 para detener la propagación del nuevo coronavirus.