Misiones médicas cubanas son un peligro, advierte Hugo Acha

Médicos cubanos llegan al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana procedentes de Bolivia. (Archivo)

Las misiones médicas cubanas no son solamente una violación a los derechos humanos del personal médico, también son un peligro para la salud y seguridad de las naciones que las reciben, dijo este jueves el director de Investigación de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba e investigador del Centro para una Sociedad Libre y Segura, Hugo Acha.

En una conferencia en línea de la Fundación Memorial Víctimas del Comunismo, Acha explicó que estos envíos de personal médico cubano a otros países incluyen a operativos de inteligencia que se visten y actúan como doctores, aunque no lo son.

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“Eso es peor aún porque, además de ser una violación a los derechos humanos, se pone en peligro la salud y la seguridad de sociedades enteras para obtener ganacias”, opinó el investigador.

Asimismo, Acha expresó que las misiones médicas son la mayor y más rentable estrategia de tráfico humano que hay en el mundo.

“Estamos hablando de decenas de miles de personas siendo tratadas como mercancía, como productos de exportación, y están produciendo en estos momentos un 50,3 por ciento del ingreso neto en moneda extranjera que recibe el régimen” dijo Acha.

El investigador señaló, además, que el ingreso obtenido por el gobierno cubano no ha impactado de manera positiva la infraestructura, el equipo o la calidad de los servicios de salud en la isla, que, según dijo, es la justificación que siempre da La Habana cuando se cuestionan las misiones médicas.

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El gobierno de Estados Unidos, así como organizaciones internacionales, han criticado el uso que da la dictadura a las misiones médicas, calificándolas de explotación y trabajo forzado.

Entre las violaciones cometidas por el régimen de La Habana citan que los profesionales cubanos no reciben un contrato de trabajo, que se les retienen sus pasaportes y que es el gobierno quien recibe una suma de dinero de los países anfitriones y les paga a los trabajadores entre un 10 y un 25 por ciento del salario.