La mayoría de los moldavos ven con esperanza la entrada a la UE y saben de los beneficios por sus vecinos rumanos.
En noviembre del 2008 Moldavia fue clasificada en el informe de Global Trends 2025 que elabora Office of Director of National Inteligence, como posible estado mafioso para Europa Oriental, junto a Kosovo. Cinco años después, en noviembre del 2013, ya firmaba los documentos para la futura integración a la Unión Europea (UE).
Moldavia es una de las repúblicas más pobres de Europa. Y de las más antiguas. Fue parte de la tierra de los dacios. Hoy día es un estado neutral, que no acepta tropas extranjeras en su territorio y participa en misiones de paz de la ONU.
Fue ocupada por tropas soviéticas y tras la independencia de Moscú en 1991, fue la primera nación de la ex URSS que un candidato del partido comunista fue electo presidente (Vladimir Vorodin 2001-2009) y que tuvo que dimitir por las protestas populares. Los moldavos tienen el privilegio de ser los primero que utilizaron los nuevos medios sociales de comunicación en las protestas populares de abril 2009, conocida como la Revuelta del Twitter.
La negativa de Ucrania a firmar los acuerdos de integración con la UE en Vilna, capital lituana, y las protestas en Kiev marcó la pauta informativa en esa zona durante noviembre y diciembre. Pero en esa misma cumbre otros dos estados de la ex Unión Soviética – Moldavia y Georgia – firmaron los documentos necesarios para iniciar el proceso de acercamiento a las organizaciones continentales.
La mayoría de los moldavos ven con esperanza la entrada a la UE y saben de los beneficios por sus vecinos rumanos. En la capital moldava, Chisinau, los que salieron a protestar fueron los comunistas, que prefieren la unión con Rusia.
El 2014 es un año decisivo para esa nación. The Economist Intelligence Unit, en el informe para este año coloca a Moldavia, junto a España, Rumania, Ucrania, Bulgaria y Portugal como países de “alto riesgo” con posibles disturbios sociales. Si fracasan las reformas, la estabilidad social y la entrada a Europa no serán reales.
Moldavia es una de las repúblicas más pobres de Europa. Y de las más antiguas. Fue parte de la tierra de los dacios. Hoy día es un estado neutral, que no acepta tropas extranjeras en su territorio y participa en misiones de paz de la ONU.
Fue ocupada por tropas soviéticas y tras la independencia de Moscú en 1991, fue la primera nación de la ex URSS que un candidato del partido comunista fue electo presidente (Vladimir Vorodin 2001-2009) y que tuvo que dimitir por las protestas populares. Los moldavos tienen el privilegio de ser los primero que utilizaron los nuevos medios sociales de comunicación en las protestas populares de abril 2009, conocida como la Revuelta del Twitter.
La negativa de Ucrania a firmar los acuerdos de integración con la UE en Vilna, capital lituana, y las protestas en Kiev marcó la pauta informativa en esa zona durante noviembre y diciembre. Pero en esa misma cumbre otros dos estados de la ex Unión Soviética – Moldavia y Georgia – firmaron los documentos necesarios para iniciar el proceso de acercamiento a las organizaciones continentales.
La mayoría de los moldavos ven con esperanza la entrada a la UE y saben de los beneficios por sus vecinos rumanos. En la capital moldava, Chisinau, los que salieron a protestar fueron los comunistas, que prefieren la unión con Rusia.
El 2014 es un año decisivo para esa nación. The Economist Intelligence Unit, en el informe para este año coloca a Moldavia, junto a España, Rumania, Ucrania, Bulgaria y Portugal como países de “alto riesgo” con posibles disturbios sociales. Si fracasan las reformas, la estabilidad social y la entrada a Europa no serán reales.