No hay un espectáculo más triste para los fanáticos de una ciudad, que ver al equipo visitante celebrando en medio del terreno la eliminación de la novena de casa.
Más triste aún es que el equipo local haya salido como favorito en una serie que terminó perdiendo en su propio estadio.
Así ocurrió en tres de las cuatro series de comodines, que dieron inicio a la postemporada de Grandes Ligas, donde los campeones divisionales Astros de Houston (Oeste de la Liga Americana) y Cerveceros de Milwaukee (Centro de la Liga Nacional), vieron cómo se les terminaba temprano ante su propia afición el camino hacia la Serie Mundial.
Los Tigres de Detroit, ocupantes del último boleto del joven circuito, le pasaron la escoba a los Astros en Houston, en una suerte de venganza del manager A.J. Hinch.
Ya fuera por el dominante pitcheo del mejor lanzador de la Liga Americana en el 2024, el zurdo Tarik Skubal, en el primer juego, o el bateo oportuno del cubano Andy Ibáñez, con doblete limpiabases como emergente en el segundo choque, Detroit dominó a Houston de principio a fin en la breve serie, sin necesidad de llegar al tercer partido.
Hinch, el manager que dirigió a los Astros en su polémica primera corona en Series Mundiales en 2017 y que fue despedido por el escándalo del robo de señas, cobró por ventanilla y dejó sin opciones a su antiguo equipo.
Los Cerveceros dejaron escapar la temporada completa en el último suspiro, cuando parecía que los Mets de Nueva York empacaban las maletas hasta el próximo año.
A lo largo de la historia de la franquicia, Milwaukee no ha logrado encontrar ese ángel que le lleve a la cima del béisbol y es uno de los cinco equipos que aún no han podido ganar jamás el clásico de octubre.
Los Cerveceros estuvieron a dos outs de avanzar a la siguiente ronda, en la única serie que se extendió al máximo de tres juegos, pero un jonrón de tres carreras de Pete Alonso en el noveno inning enmudeció el American Family Field de Milwaukee hasta el 2025.
Lo mismo pasó a los Orioles de Baltimore, primer wildcard del joven circuito, maniatados absolutamente por los increíbles Reales de Kansas City.
Los Orioles mostraron una anemia ofensiva total, al fabricar apenas una carrera en 18 innings frente a unos Reales que suben el listón de las sorpresas cada día.
Y es que Kansas City perdió 106 juegos en el 2023, para dar un increíble salto de 30 victorias más de un año al otro.
El único equipo que pudo defender con éxito su condición de local en esta primera ronda fue el de los Padres de San Diego, que limpiaron completo a unos Bravos de Atlanta que batallaron todo el año con lesiones de sus jugadores fundamentales y no pudieron contar ahora con su estelar lanzador Chris Sale, ganador de la Triple Corona del pitcheo en la Nacional, debido a espasmos en la espalda.
Ahora el camino se pone cuesta arriba, con las series divisionales de cinco juegos, a ganar tres, y cuando entren en acción este sábado los cuatro mejores equipos de la temporada regular, que quedaron libres en la primera fase.
Los Yankees de Nueva York, los Guardianes de Cleveland, los Filis de Filadelfia y los Dodgers de Los Angeles saldrán favorecidos en las apuestas cuando reciban a los Reales, los Tigres, los Mets y los Padres.
Pero por ahora, los aficionados de San Diego disfrutaron esas dos victorias sobre Atlanta, con la esperanza de que este sea el año de los Padres, otro de los que jamás han ganado una Serie Mundial.
A fin de cuentas, no hay espectáculo más alegre para los fanáticos, que ver a su equipo celebrar el triunfo en su propia casa y avanzar a la siguiente ronda.