El llamado "Acuarelista de la Poesía Antillana" popularizó la poesía y el arte de declamar en la radio, la televisión, los cabarets y la industria discográfica de Cuba.
El destacado declamador Luis Carbonell, conocido como el "Acuarelista de la Poesía Antillana" murió este sábado en La Habana a los 90 años de edad, informaron medios de prensa.
Luis Mariano Carbonell Pullés nació en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1923 y desde inicios de la década de los 50, popularizó la poesía y el arte de declamar en la radio, la televisión, los cabarets y la industria discográfica de Cuba.
Su gracia como declamador quedó plasmada en los discos "Luis Carbonell en la poesía afroamericana", "Estampas de Luis Carbonell", "Luis Carbonell en la poesía antillana", entre otros.
“Empecé recitando, como ya dije, de casualidad, porque me aprendía lo que recitaba mi hermana y me gustaba la poesía. La primera vez que recité en un programa fue también una casualidad. Tuve oportunidad, ya en la emisora, de poner en práctica algo que se me había ocurrido, que luego he desarrollado mucho y que Alejo Carpentier elogió cuando me escuchó en Venezuela y predijo que aquello se prestaba a una elaboración artística importante. Pensé que no era suficiente con declamar los poemas sino que debían ser enmarcados en un ambiente para darles más prestigio, más valor. Fue cuando se me ocurrió acompañar el poema con ritmo. En la misma emisora tenía los músicos, y un día le dije al bongosero: ‘Tócame un ritmo de son’, y empecé a explorar el modo de recitar con ritmo. Eso que hoy se llama rap ya lo había hecho yo en el año 45, o así lo dice un libro de Cristóbal Díaz Ayala cuando habla de la historia de la música cubana. Yo mismo me sorprendí cuando lo leí, porque aquello lo hice intuitivamente. También recité con acompañamiento musical. Tuve oportunidad de trabajar con el dúo de las hermanas Reyes y se me ocurrió también imbricar la música dentro del poema, no simplemente como un telón. El fondo musical no me interesa porque no tiene ningún mérito. Empecé a recitar poemas de ambiente musical en los que estaba justificada la música y por lo tanto se considera una creación dentro de la declamación”, explicó el artista en una ocasión.
Recordado por sus interpretaciones de "Los quince de Florita” y "Esa negra Fuló...", Carbonell fue merecedor de los más importantes premios del arte en Cuba, entre ellos los Nacionales del Humor y el de la Música, en 2003.
Luis Mariano Carbonell Pullés nació en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1923 y desde inicios de la década de los 50, popularizó la poesía y el arte de declamar en la radio, la televisión, los cabarets y la industria discográfica de Cuba.
Su gracia como declamador quedó plasmada en los discos "Luis Carbonell en la poesía afroamericana", "Estampas de Luis Carbonell", "Luis Carbonell en la poesía antillana", entre otros.
“Empecé recitando, como ya dije, de casualidad, porque me aprendía lo que recitaba mi hermana y me gustaba la poesía. La primera vez que recité en un programa fue también una casualidad. Tuve oportunidad, ya en la emisora, de poner en práctica algo que se me había ocurrido, que luego he desarrollado mucho y que Alejo Carpentier elogió cuando me escuchó en Venezuela y predijo que aquello se prestaba a una elaboración artística importante. Pensé que no era suficiente con declamar los poemas sino que debían ser enmarcados en un ambiente para darles más prestigio, más valor. Fue cuando se me ocurrió acompañar el poema con ritmo. En la misma emisora tenía los músicos, y un día le dije al bongosero: ‘Tócame un ritmo de son’, y empecé a explorar el modo de recitar con ritmo. Eso que hoy se llama rap ya lo había hecho yo en el año 45, o así lo dice un libro de Cristóbal Díaz Ayala cuando habla de la historia de la música cubana. Yo mismo me sorprendí cuando lo leí, porque aquello lo hice intuitivamente. También recité con acompañamiento musical. Tuve oportunidad de trabajar con el dúo de las hermanas Reyes y se me ocurrió también imbricar la música dentro del poema, no simplemente como un telón. El fondo musical no me interesa porque no tiene ningún mérito. Empecé a recitar poemas de ambiente musical en los que estaba justificada la música y por lo tanto se considera una creación dentro de la declamación”, explicó el artista en una ocasión.
Recordado por sus interpretaciones de "Los quince de Florita” y "Esa negra Fuló...", Carbonell fue merecedor de los más importantes premios del arte en Cuba, entre ellos los Nacionales del Humor y el de la Música, en 2003.