El presidente de Estados Unidos Barack Obama rindió homenaje este jueves en la ciudad de Orlando, Florida, a las 49 personas asesinadas esta semana en un club nocturno, evocando el dolor "indescriptible" de las familias.
"Nuestros corazones también están destrozados", señaló.
"Podemos impedir tragedias. Podemos salvar vidas", dijo Obama al término de una reunión con familiares de las víctimas cuyo dolor calificó de "indescriptible".
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Obama indicó que sus historias han "inspirado al país", y pidió "acabar la discriminación y la violencia contra la comunidad LGTB", afectada por la masacre.
"Si no reaccionamos, veremos otras masacres como ésta", advirtió.
"Estas familias podrían ser nuestras familias. De hecho, son nuestra familia, parte de la familia estadounidense. Hoy les dije que nuestro corazón también está roto", dijo Obama en declaraciones a los periodistas después de reunirse con familiares y supervivientes del tiroteo.
El mandatario manifestó que el debate sobre las armas "tiene que cambiar", e instó al Congreso a "hacer lo correcto" y aprobar medidas para evitar que los terroristas puedan comprar legalmente en el país "armas extraordinariamente peligrosas".
Obama agradeció a los equipos de emergencia médica que actuaron tras el peor ataque que sufre el país desde los cometidos el 11 de setiembre de 2001.
En Orlando y alrededores han comenzado a celebrarse las ceremonias fúnebres de las 49 víctimas de la masacre, realizada por Omar Mateen, un estadounidense de 29 años, de padres afganos, que en un llamado al teléfono 911 reivindicó su pertenencia al Estado Islámico. El asesino fue muerto a balazos por la policía.