No se permitirá espiar a líderes de países amigos, mientras que se requerirá una orden judicial para recolectar datos telefónicos.
El presidente Barack Obama anunció este viernes que el Gobierno de EE.UU. dejará de espiar a líderes de países amigos y aliados, así como los registros telefónicos de millones de ciudadanos estadounidenses, y ordenó que los organismos de inteligencia obtengan un permiso de una corte secreta para acceder a esos datos.
Según dijo Obama en un discurso pronunciado en el Departamento de Justicia, ese programa de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), debe continuar pero tiene que ser reformado, para lo cual el secretario de Justicia, Eric Holder, y las agencias de inteligencia se encargarán de proponer en consultas con el Congreso los cambios necesarios hasta finales de marzo, cuando el programa debe recibir una nueva autorización.
En su alocución, el presidente procuró dar garantías a estadounidenses y extranjeros por igual de que Estados Unidos tendrá en cuenta las preocupaciones de privacidad surgidas después que revelaciones del exc ontratista de la NSA Edward Snowden expusieran el carácter masivo e invasivo de las actividades de vigilancia de la Agencia.
El paso fue diseñado para suavizar las tensas relaciones entre, por ejemplo , los Estados Unidos y Alemania después de surgieron informes el año pasado que la NSA había supervisado el móvil teléfono de la canciller alemana, Angela Merkel.
En el terreno doméstico, Obama decidió que el gobierno de EE.UU no podrá continuar recolectando de manera irrestricta los llamados "metadatos", una especie de megabanco de datos resultantes del espionaje telefónico en el país. Indicó que de inmediato se adoptarán medidas para modificar el programa de modo que se requiera una decisión judicial previa.
Como parte de la lista de reformas, el mandatario pidió al Congreso establecer un panel externo de defensores de la privacidad para que trabaje con el secreto Tribunal de Vigilancia de la Inteligencia Exterior, que considera los casos de terrorismo.
Según dijo Obama en un discurso pronunciado en el Departamento de Justicia, ese programa de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), debe continuar pero tiene que ser reformado, para lo cual el secretario de Justicia, Eric Holder, y las agencias de inteligencia se encargarán de proponer en consultas con el Congreso los cambios necesarios hasta finales de marzo, cuando el programa debe recibir una nueva autorización.
En su alocución, el presidente procuró dar garantías a estadounidenses y extranjeros por igual de que Estados Unidos tendrá en cuenta las preocupaciones de privacidad surgidas después que revelaciones del exc ontratista de la NSA Edward Snowden expusieran el carácter masivo e invasivo de las actividades de vigilancia de la Agencia.
El paso fue diseñado para suavizar las tensas relaciones entre, por ejemplo , los Estados Unidos y Alemania después de surgieron informes el año pasado que la NSA había supervisado el móvil teléfono de la canciller alemana, Angela Merkel.
En el terreno doméstico, Obama decidió que el gobierno de EE.UU no podrá continuar recolectando de manera irrestricta los llamados "metadatos", una especie de megabanco de datos resultantes del espionaje telefónico en el país. Indicó que de inmediato se adoptarán medidas para modificar el programa de modo que se requiera una decisión judicial previa.
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Como parte de la lista de reformas, el mandatario pidió al Congreso establecer un panel externo de defensores de la privacidad para que trabaje con el secreto Tribunal de Vigilancia de la Inteligencia Exterior, que considera los casos de terrorismo.