El Observatorio de Libertad Académica, OLA, manifestó este jueves su apoyo al dramaturgo cubano Irán Capote y se unió a las voces que piden un resarcimiento a su persona. Además, exigió el cese de la persecución por motivos políticos a intelectuales, académicos y estudiantes en Cuba.
Capote fue víctima de un acto de censura por parte de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que le prohibió integrar el claustro de profesores de la nueva escuela de Instructores de Arte de la provincia Pinar del Río, informó OLA, entidad con sede en la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá, Colombia.
En el caso de Capote, se violan derechos como la libertad académica, de expresión, opinión y acceso a la información. También el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia, culto o religión, denunció OLA.
Luego de ser notificado formalmente de que sería docente en la institución, incluso con el plan de clases creado, el Consejo Nacional de Escuelas de Arte (CNEART) informó al centro que el profesorado debía ser “revisado, depurado, reseleccionado, organizado por la presidencia de la UNEAC”.
De acuerdo con Capote, su nombre quedó eliminado en este proceso con el pretexto de “haber optado por otros artistas”. Según dijo, esto es posible y válido, pero tiene claramente un matiz político, reportó OLA.
“No hay que ser dramaturgo para entender cómo se arman los guiones en un país como este. No hay que ser dramaturgo, amigos míos, para conocer de personajes, tramas, contextos y puntos de giro. No hay que ser dramaturgo para entender el relato cíclico de la injusticia en Cuba socialista”, dijo el artista en sus redes sociales.
Aunque se mantiene enfocado en su trabajo, impartiendo talleres de dramaturgia y asesoría literaria, además de colaborar con Teatro Rumbo y Teatro Alas, Capote recordó una reunión con representantes de la UNEAC en la que se le cuestionó por su posición política, señaló OLA.
“Todos sabemos el trasfondo de esto. (Y lo sé de buena tinta, con la evidencia). Lo sé y también lo saben los cuatro (literalmente cuatro) asistentes a aquella reunión en la UNEAC en la que se analizó mi caso y donde el término ‘problemas ideológicos’ fue la pelota de tenis en esa mesa. Ahora pueden decir lo que quieran, lo que la misiva aguante, lo que las declaraciones aguanten, lo que sus integridades aguanten”, indicó.
La expulsión de los centros docentes y de trabajo, así como el hostigamiento, son dos de las estrategias de presión más frecuentes que utiliza la Seguridad del Estado para castigar a profesores y alumnos que muestren una postura política desafecta al régimen, subrayó el Observatorio de Libertad Académica.