La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) se ocupa actualmente de ayudar a destruir las instalaciones de producción de esas armas de destrucción masiva en Siria.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) ganó el viernes el Premio Nobel de la Paz, anunció en Oslo el comité que concede el galardón.
Los expertos del organismo global de control de armas químicas, con sede en La Haya, Holanda, y respaldado por Naciones Unidas, tienen como meta presente ayudar a destruir las instalaciones de producción de esas armas de destrucción masiva en Siria, tras el ataque con gas sarín en agosto pasado contra un barrio de Damasco donde murieron 1.400 civiles.
La distinción tomó por sorpresa a gran parte del mundo, al igual que la del año pasado, que fue otorgada a la Unión Europea. Sin embargo, la eliminación de las armas químicas de Siria se ve como un paso importante para poner fin a un conflicto de dos años y medio en el que han muerto cerca de 100.000 personas .
"El desarme figura de manera prominente en el testamento de Alfred Nobel", recordó el comité, evocando el uso generalizado de armas químicas en la Primera Guerra Mundial y su empleo por parte de algunos Estados y de los terroristas por igual
Las armas químicas imponen un horror singular a sus víctimas, y para los observadores de todo el mundo la concesión del premio a la OPAQ puede interpretarse como un voto contundente para poner fin de una vez por todas a ese flagelo.
La OPAQ fue creada en 1997 como el brazo ejecutor de la Convención sobre las Armas Químicas. Desde entonces se ha ocupado mayormente de verificar que países como Estados Unidos y Rusia, que tenían los mayores arsenales de armas químicas, cumplieran sus promesas para destruirlos.
Inspectores de la entidad regresaron a Siria a principios de mes. El equipo de 20 miembros enfrenta grandes peligros mientras intenta encontrar y supervisar la destrucción de 1.000 toneladas de armas químicas que Damasco ha aceptado a regañadientes. El equipo está acompañado por fuerzas de seguridad de la ONU desarmadas y vigiladas por efectivos del gobierno sirio, que no está en control de todo el país.
Nobel de la Paz 2013, dotado con 1,25 millones de dólares,será entregado en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del industrial sueco que fundó los premios en su testamento en 1895.
Los expertos del organismo global de control de armas químicas, con sede en La Haya, Holanda, y respaldado por Naciones Unidas, tienen como meta presente ayudar a destruir las instalaciones de producción de esas armas de destrucción masiva en Siria, tras el ataque con gas sarín en agosto pasado contra un barrio de Damasco donde murieron 1.400 civiles.
La distinción tomó por sorpresa a gran parte del mundo, al igual que la del año pasado, que fue otorgada a la Unión Europea. Sin embargo, la eliminación de las armas químicas de Siria se ve como un paso importante para poner fin a un conflicto de dos años y medio en el que han muerto cerca de 100.000 personas .
"El desarme figura de manera prominente en el testamento de Alfred Nobel", recordó el comité, evocando el uso generalizado de armas químicas en la Primera Guerra Mundial y su empleo por parte de algunos Estados y de los terroristas por igual
Las armas químicas imponen un horror singular a sus víctimas, y para los observadores de todo el mundo la concesión del premio a la OPAQ puede interpretarse como un voto contundente para poner fin de una vez por todas a ese flagelo.
La OPAQ fue creada en 1997 como el brazo ejecutor de la Convención sobre las Armas Químicas. Desde entonces se ha ocupado mayormente de verificar que países como Estados Unidos y Rusia, que tenían los mayores arsenales de armas químicas, cumplieran sus promesas para destruirlos.
Inspectores de la entidad regresaron a Siria a principios de mes. El equipo de 20 miembros enfrenta grandes peligros mientras intenta encontrar y supervisar la destrucción de 1.000 toneladas de armas químicas que Damasco ha aceptado a regañadientes. El equipo está acompañado por fuerzas de seguridad de la ONU desarmadas y vigiladas por efectivos del gobierno sirio, que no está en control de todo el país.
Nobel de la Paz 2013, dotado con 1,25 millones de dólares,será entregado en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del industrial sueco que fundó los premios en su testamento en 1895.