Por ley Chávez puede tener su calle, pero en ella no se puede instalar ni tarja, ni busto, ni bajorrelieve.
Una ley de la ciudad de Moscú no permite colocar bustos, tarjas, placas bajorrelieves o monumentos a personas que hayan fallecido recientemente, en un intento por evitar el culto a la personalidad.
El decreto se aplica en Moscú a Hugo Chávez, quien falleció en marzo pasado y ya en julio una calle moscovita llevaba el nombre del ex gobernante venezolano. Por ley Chávez puede tener su calle, pero en ella no se puede instalar ni tarja, ni busto ni bajorrelieve. El actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aprovechó su viaje a Rusia a la cumbre de países productores de gas, para develar la placa con el nombre de Chávez en una calle del noroeste de Moscú.
Para entonces la empresa estatal petrolera Rosneft, que tiene billonarios contratos para explotaciones petroleras en Venezuela, encargó al afamado escultor ruso Sergei S. Kazantsev, un busto de bronce y un bajorrelieve con la imagen de Chávez. Se suponía que una vez finalizado el trabajo se colocara en la calle mencionada. Rosneft, que preside Igor I. Shechin, le pagó al artista 10 mil dólares por su trabajo.
Como no se puede exponer la obra hasta el 2023, se aprovechó la estancia en Rusia de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, y le regalaron el busto de Chávez.. Personalmente Sechin llevó a Cabello hasta el estudio del escultor y le hizo entrega del busto. Ya en Caracas hay un busto del fallecido gobernante, que el propio Shechin le llevó a Maduro como regalo de Putin.
Más importante que el busto fue la promesa que hizo Sechin de adquirir por parte de Rusneft, la participación de otra petrolera rusa, Lukoil, en el proyecto que tiene con PDVSA para explotar la faja del Orinoco. Sechin, quien preside Rosneft desde mayo pasado y fue como vicepresidente del gobierno ruso el encargado de restablecer las relaciones económicas con Caracas, es al decir de Cabello, "el vínculo directo con Venezuela para tratar todo lo referente a materia energética".
Un día antes de la oferta de Sechin, los ejecutivos de Lukoil expresaron el deseo de abandonar el experimento con Caracas. Las acciones de Lukoil eran el 20 por ciento del consorcio de empresas rusas que participan con PDVSA en el plan Junín-6. Junto a esta empresa estaban en el plan original las compañías Rosneft, Lukoil, Gazprom, TNK-BP y Surgutneftegaz, y esta última dejó Caracas hace ya un año.
El decreto se aplica en Moscú a Hugo Chávez, quien falleció en marzo pasado y ya en julio una calle moscovita llevaba el nombre del ex gobernante venezolano. Por ley Chávez puede tener su calle, pero en ella no se puede instalar ni tarja, ni busto ni bajorrelieve. El actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aprovechó su viaje a Rusia a la cumbre de países productores de gas, para develar la placa con el nombre de Chávez en una calle del noroeste de Moscú.
Para entonces la empresa estatal petrolera Rosneft, que tiene billonarios contratos para explotaciones petroleras en Venezuela, encargó al afamado escultor ruso Sergei S. Kazantsev, un busto de bronce y un bajorrelieve con la imagen de Chávez. Se suponía que una vez finalizado el trabajo se colocara en la calle mencionada. Rosneft, que preside Igor I. Shechin, le pagó al artista 10 mil dólares por su trabajo.
Como no se puede exponer la obra hasta el 2023, se aprovechó la estancia en Rusia de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, y le regalaron el busto de Chávez.. Personalmente Sechin llevó a Cabello hasta el estudio del escultor y le hizo entrega del busto. Ya en Caracas hay un busto del fallecido gobernante, que el propio Shechin le llevó a Maduro como regalo de Putin.
Más importante que el busto fue la promesa que hizo Sechin de adquirir por parte de Rusneft, la participación de otra petrolera rusa, Lukoil, en el proyecto que tiene con PDVSA para explotar la faja del Orinoco. Sechin, quien preside Rosneft desde mayo pasado y fue como vicepresidente del gobierno ruso el encargado de restablecer las relaciones económicas con Caracas, es al decir de Cabello, "el vínculo directo con Venezuela para tratar todo lo referente a materia energética".
Un día antes de la oferta de Sechin, los ejecutivos de Lukoil expresaron el deseo de abandonar el experimento con Caracas. Las acciones de Lukoil eran el 20 por ciento del consorcio de empresas rusas que participan con PDVSA en el plan Junín-6. Junto a esta empresa estaban en el plan original las compañías Rosneft, Lukoil, Gazprom, TNK-BP y Surgutneftegaz, y esta última dejó Caracas hace ya un año.