La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco de Nicaragua, cuyos dirigentes se encuentran en el exilio, hizo este lunes un llamamiento a la comunidad internacional "a continuar ejerciendo presiones políticas, diplomáticas y económico financieras" sobre el Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega.
Esa petición fue hecha después de que el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) barriera en los comicios municipales celebrados el domingo, en los que no hubo sorpresas, al apoderarse de las 153 alcaldías en disputa, debido a que se mantuvo la prohibición de participar a tres partidos políticos opositores y en prisión a los principales disidentes.
Según la Unidad Nacional, "la farsa electoral municipal fue rechazada por la población que se ausentó de los centros de votación y como hace un año (en las elecciones generales), cerró las puertas y vació las calles".
"La soledad y el aislamiento del orteguismo fue evidente una vez más", valoró ese movimiento opositor, que surgió tras la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que luego se convirtió en una exigencia de renuncia del presidente Ortega, debido a que respondió con la fuerza.
Al menos un 52,6 % de los 3,72 millones de nicaragüenses aptos para votar participaron en las municipales, cifra que se incrementará cuando se conozcan los resultados finales, según el primer informe preliminar emitido este lunes por el Consejo Supremo Electoral.
Observatorio fija en 82,67 % la abstención
No obstante, según el observatorio de incidencias políticas Urnas Abiertas, compuesto por un equipo multidisciplinario y voluntarios, en el proceso del domingo hubo una participación del 17,33 % y un abstencionismo del 82,67 %, con base en un estudio realizado en 366 centros de votación de los 3.106 habilitados, con un nivel de confianza del 95 % y un margen de error del 5 %.
Al respecto, la Unidad Nacional denunció que el oficialismo, "en su afán de lograr alguna afluencia a las urnas y en consecuencia intentar dar alguna legitimidad a la farsa, en los días previos encarceló al menos a 19 personas".
Además "chantajeó y presionó a ciudadanos independientes, ordenó a trabajadores del Estado, a soldados y policías, para que participaran de la farsa", continuó.
"Pese a ello la ausencia de la población fue notoria y alcanzó más del 80 %", agregó.
Para la Unidad, "en Nicaragua no hay elecciones bajo el orteguismo" y "no las puede haber mientras hay más de 220 personas presas políticas y las libertades ciudadanas están conculcadas, mientras se mantiene un Estado policíaco de facto y decenas de miles de nicaragüenses se exilian y migran por razones políticas".
Ese movimiento invitó "a la ciudadanía a mantener la resistencia cívica y la denuncia del régimen en cada palmo de la patria", y exigió "a la dictadura la liberación total, incondicional y con garantías de todas las personas presas políticas, incluyendo los 19 secuestrados en el contexto de la farsa electoral".
En los comicios participaron, además del FSLN, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), la Alianza por la República (APRE), el Partido Liberal Independiente (Alianza PLI) y Yapti Tasba Masraka Nanih Asla Takanka (Yatama).
Los partidos opositores han sido calificados como "colaboradores" del FSLN por la oposición excluida, que antes de las elecciones había llamado a los nicaragüenses a abstenerse de votar, en lo que calificó de una "farsa electoral".