La curadora de arte, profesora y activista Anamely Ramos González denunció el miércoles el acoso de la Seguridad del Estado del que ha sido víctima durante años, y a consecuencia del que supone ha quedado en la calle desde el domingo, cuando tuvo que abandonar la casa que rentaba a pedido de los dueños.
En un emotivo mensaje publicado en su cuenta de Facebook, Ramos González, natural de Camagüey, relata cómo tuvo que salir de la noche a la mañana de la vivienda en la que vivía con un amigo en la capital.
"La que se autoproclama la quinta policía del mundo dedica tiempo a ver quién visita a quien y luego hace sus "visitas" también, para intimidar y amenazar. ¡Qué asco de policía! ¡Qué manera ustedes de desconocer absolutamente el sentido de la palabra libertad!", escribió.
La activista denunció que los órganos de la Seguridad del Estado en Cuba "necesitan escudarse en el miedo de otros, en lo que tienen que perder otros, para llevar a cabo su "trabajo", sucio, muy sucio".
Lee también Artistas acusan al régimen de usar la homofobia y violencia sexualEl hecho ocurre en medio de medidas extremas de control por el repute de coronavirus que afecta especialmente a la capital, donde este jueves se reportaron 69 de los 88 nuevos casos de COVID-19 en todo el país.
En su informe de agosto, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos dijo que el régimen “aprovecha la crisis sanitaria derivada del COVID-19 para extremar los mecanismos de control sobre la población".
Cuando trasladaba sus pertenencias, y al otro día, cuando abandonó la vivienda que rentaba, Ramos Gónzalez enfrentó a las patrullas de la policía que la vigilaban de cerca. Harta del hostigamiento, escribió:
"No se metan con mis amigos, ni con mi familia... vengan directamente a mí, pero cuando lo hagan, vengan con todo, quizás con esas armas largas que portan los boinas negras que ahora andan en jeeps por algunas partes de La Habana. Gestionando una pandemia, dicen, porque hace mucho rato que decidieron gestionar absolutamente todo en este país como si se tratara de una guerra".
El de Ramos González no es un caso aislado. En julio, la periodista Camila Acosta denunció en las redes sociales que ha tenido que abanadonar las viviendas que alquila en La Habana cinco veces en lo que va de año, tras presiones de las autoridades de los dueños para que pongan fin al arriendo.
Lee también Periodista otra vez en la calle por presión de la Seguridad del Estado a sus arrendatariosLa joven reportera, colaboradora del portal Cubanet y coordinadora del Movimiento Cubano por la Libertad de Expresión (MOLE), dijo entonces que aunque no existe ninguna ley que ampare el proceder de la policía política en este caso, los agentes siguen recurriendo a "amenazas macabras" contra sus arrendatarios.
Ramos González dejó claro a sus acosadores que no la harán desistir de su activismo. "Ya me botaron del ISA, ya mi hijo se fue del país, ya angustian a mis seres queridos y nos separan. Lo que les queda por hacer no alcanza ya para que deje de actuar por lo que creo justo y necesario", concluyó.