El próximo diciembre se cumplirán 75 años de que las Naciones Unidas adoptaran la Declaración Universal de los Derechos Humanos en cuya redacción Cuba desempeñó un papel protagónico.
La recopilación “75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Miradas desde Cuba”, publicada por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), tiene como meta la difusión de este documento fundamental de la humanidad.
Lee también Declaración Universal de los Derechos HumanosEl libro se presentó el martes en Miami con la presencia de tres panelistas Gabriel Salvia, director general de CADAL y compilador del libro; el doctor en Ciencias Jurídicas, Julio Antonio Fernández Estrada y la periodista Mónica Baró.
Tras la exposición, Martí Noticias conversó con Gabriel Salvia y Julio Antonio Fernández Estrada sobre las obligaciones internacionales de Cuba en materia de derechos humanos y la resistencia del régimen a cumplir con ellas.
“Creo que es importante rescatar estos 75 años, que la gente en Cuba sepa que tiene derechos y que todos, de alguna manera, tratamos de compartirlos y reclamarlos para que también estén vigentes allá”, indicó Gabriel Salvia.
“Hay 3 países del grupo latinoamericano y caribeño que no ratificaron el Pacto de Derechos Civiles y Políticos: además de Cuba, Saint Kitts y Nieve y Santa Lucía”, agregó.
Cuba no ha ratificado los Pactos Internacionales de la ONU que firmó en 2008, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
“¿Cómo puede tardar más en estudiar, ratificar los pactos que en elaborar una Constitución de un año para el otro? “, se pregunta Salvia.
Entre octubre y noviembre de este año, Cuba se someterá al cuarto examen periódico universal (EPU) en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En el EPU hecho a Cuba en el 2018, se recomendaron 339 medidas al régimen, entre ellas más de 40 relacionadas con las políticas públicas, como la de velar el cumplimiento de los derechos económicos, sociales y culturales y ratificar y aplicar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Al no revalidar los pactos, Cuba no asume el compromiso que demanda la resolución de 2006, por la que se creó el Consejo de Derechos Humanos (CDH), que tiene como objetivo primordial la consideración de las violaciones de los derechos humanos y hacer recomendaciones al respecto.
“El Estado cubano ha mentido alevosamente, es decir, no ha estado calculando ni estudiando nada, lo que ha estado es ganando tiempo para no ratificar los pactos. Los pactos no los va a ratificar nunca bajo las circunstancias políticas actuales, porque los pactos ponen en entredicho absolutamente el totalitarismo cubano”, apuntó Fernández Estrada en la conversación.
“El derecho a la huelga, Cuba no acepta el derecho a huelga; que los padres decidan, qué educación vas a tener sus hijos e hijas, Cuba no acepta eso”, ejemplificó.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales incluye los derechos a la alimentación, a la vivienda adecuada, a la educación, a la salud, a la seguridad social, al agua y saneamiento, y al trabajo.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos tiene por objeto garantizar la protección, por ejemplo, del derecho a no ser discriminado por raza, ni ideología, ni género, ni religión; el derecho a la libertad, el derecho a circular libremente por su país y a viajar al extranjero, el derecho al voto, a la libre asociación y reunión.
“Cuba no puede ratificar los pactos bajo las circunstancias políticas actuales. Está estudiando cómo justificar de manera adecuada esto para que la gente siga pensando que están estudiándolo”, sostuvo Fernández Estrada.
“Si usted lo mira a todos los niveles de funcionamiento de la administración pública, a todos los niveles de los organismos de la administración central del Estado, cómo funciona, en eso la burocracia cubana es la mejor del mundo, tiene maestros históricos, lleva 60 años de puesta en escena poderosa”, afirmó el experto.
El jurista se refirió a la crisis estructural en la Isla: “Nada funciona, pero siguen actuando de la misma manera, sin ningún tipo de fisura. Parecería que las crisis son de cualquier tipo, menos de la manera en que ellos mismos se ven: La burocracia cubana sigue viéndose con todo el poder para mentir”, recalcó.
El volumen cuenta con análisis de Manuel Cuesta Morúa, Reynaldo Escobar y el propio Julio Antonio Fernández Estrada y un prólogo de Hilda Landrove.
[A partir de entrevistas realizadas por Yaima Pardo para Martí Noticias]