Después de años de sufrir acoso, detenciones arbitrarias, ocupación de insumos y bienes materiales por parte del gobierno en Las Tunas, el pastor Mario Jorge Travieso denuncia el hostigamiento a que lo están sometiendo las autoridades cubanas.
El pasado viernes 6 de enero recibió la visita de un equipo de inspectores pertenecientes al Departamento Provincial de Higiene y Epidemiología y el Partido Comunista de Cuba (PCC). Le notificaron que unos vecinos presentaron una queja por el ruido que produce la música, los cantos y el culto que ofrece cada día.
El pastor “Mayím”, como le llaman amigos y feligreses, y de 63 años de edad, administra el Ministerio Apostólico “Viento Recio”.
En entrevista con Martí Noticias Travieso aseguró que ha sido detenido en varias ocasiones, y que fue amenazado por el Teniente Coronel Abel Cervantes Palomino con “masacrar” a sus fieles si los tiraba “para la calle”, palabras que cruzaron en 2016 cuando les impidieron rendir culto de manera pública.
¿Cuál cree que sean las motivaciones de las autoridades para volver a llamarle la atención?
La iglesia nuestra es apostólica y profética, que no está reconocida por el gobierno revolucionario. Desde el triunfo revolucionario (el gobierno) no ha aceptado ninguna nueva denominación (religiosa). Desde hace más de 50 años le han matado el derecho de nacer a la iglesia.
Queremos ser una iglesia 'aprobada', no queremos entrar bajo ninguna cobertura, bajo ninguna sombrilla. No está aprobada –no por nosotros- sino porque no hay ley de culto... es una ilegalidad, porque la Constitución de la República de Cuba dice que cada ciudadano puede proferir el culto de su preferencia. Al no haber ley de culto no se pueden aprobar nuevas instituciones, ni construcción para las iglesias. Entonces las iglesias nuevas hemos estado perseguidas.
Los extranjeros llegaron a Cuba hace pocos años, y ya tienen una Ley de Inversión Extranjera. Cristo entró con Colón en 1492 y sin embargo no tenemos una ley de culto. Entonces, nos están persiguiendo como si fuéramos animales, nos están persiguiendo para donde quiera que vamos, nos están chequeando, nos están robando las pertenencias. Queriendo detener a los pastores, hace un tiempo atrás, al pastor Juan Carlos (Núñez), le metieron un año de privación de libertad.
¿Qué pueden hacer en medio de este acoso que usted denuncia?
Estamos en casa porque es la única opción que tenemos, en patios. Las iglesias de nueva vida en Cuba son iglesias de patio, porque no hay otro lugar, no podemos rentar lugares, no podemos construir, no podemos hacer nada.
Vinieron acá los funcionarios del Partido a decirnos que había una queja de los vecinos. Les pregunté: ¿Cuál es la queja, quién es el vecino? No nos quieren decir, porque sé que es mentira.
Hace unos veinte días salió un panfleto (sobre) mi persona, desacreditándome acá, es una revista que no tiene dirección, y ahora hacen esto para que la gente no venga a la iglesia, para enjuiciarme, como lo hicieron con el pastor Juan Carlos, eso: enjuiciarlo a uno para privarlo de la libertad de predicar.
El Partido para nosotros es inmoral, porque hace un año nos metió unos bafles (altoparlante), yo tengo fotos de eso. Tres meses frente a la casa nos metieron unos bafles que eran para un estadio. Enfermaron a mis suegros, y definitivamente nos tuvimos que ir de este lugar para una finca. En la finca no molestábamos a nadie, pero presionaron a la gente y nos sacaron de la finca, porque les dijeron que si no nos sacaban, se la quitaban.
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Lo más importante es que la gente nos sigue. Yo tengo 15 iglesias en esta nación, quince pastores que están conmigo. Todo el mundo nos sigue, porque saben que lo que estamos pidiendo es un espacio para adorar a Dios.
¿Cuántas personas se congregan con ustedes?
Movemos alrededor de mil personas, no se congregan todas porque no hay espacio. Tenemos más de cuarenta células en esta ciudad en diferentes lugares. Hubiéramos tenido una iglesia de más de mil personas si no hubiera sido por todos los ataques injustos, tiránicos, del gobierno contra nosotros.
¿Qué cantidad de casas de culto ha interrumpido el acoso de las autoridades?
Nos hemos movido por siete u ocho lugares diferentes que nos han cortado... hasta hoy, que estoy en la casa que era de mis suegros, porque es la única que tenemos, porque es la propiedad nuestra.
Ellos lo que no quieren es que nos congreguemos como iglesia, pero nosotros tenemos independencia, no queremos nada con el gobierno, porque entendemos que el gobierno y la iglesia no tienen nada que ver. La iglesia es una nación, la biblia lo dice.
Cuando murió Fidel Castro aquí le taparon la boca a todas las iglesias, y las iglesias apostólicas cantaron, no teníamos por qué no cantar. Si alguien quiere respetar a un líder, que lo respete, pero una cosa es respeto y otra es adoración. Y ahí viene el problema de la persecución, porque no nos sometemos a los designios de ellos, que son tiránicos.
¿Vinieron directamente a usted o a algún otro pastor por no guardar luto al dictador Fidel Castro?
Pues claro que sí, tenemos en Manatí (Las Tunas) a unos pastores, muchachos que no tenían nada que ver, que no habían ni escuchado la noticia el viernes, y el sábado –porque habían puesto un poquito de música- los detuvieron, les pusieron 2.000 pesos de fianza y les quitaron pertenencias injustamente. Esa es la batalla que tenemos acá por no tener ley de culto.
La iglesia cubana no tiene derechos porque no tiene ley.
Tienen miedo, porque saben que con la ley de culto la iglesia va a tener derechos que no tenemos en estos momentos. Estamos regidos por resoluciones, que cuando a ellos les da la gana las cambian, y en esas resoluciones lo único que tenemos son deberes, no derechos.
Somos una generación de pastores que estamos aquí en Cuba, que no nos quisimos ir para Estados Unidos. La generación anterior se fue, era gente preparada, gente buena, y nosotros decidimos pagar un precio aquí en Cuba, porque entendemos que el llamado de Dios es acá. Esto nos ha costado caro, pero de aquí no nos vamos, pero tampoco nos vamos a callar la boca. ¿Para qué? Por todas las atrocidades que están cometiendo, a mí me llevaron 105 bancos, han atacado la iglesia dos o tres veces en este año, nos han llevado las cosas que tenemos, nos destruyeron el local, por gusto. ¿Cómo nos vamos a callar la boca? ¿O somos masoquistas?
Tenemos que reclamar nuestros derechos, porque lo que tenemos no nos lo dio el gobierno, es el financiamiento de la propia iglesia.
Finalmente, si desea expresar algo más…
Un saludos a todos ustedes, a toda la audiencia (de Radio Martí), a toda la iglesia americana que siempre nos ha apoyado, sé que de ahí puede salir también para otras naciones, que nos apoyen en oración. Como iglesia de Jesucristo vamos a defender la obra de Dios hasta las últimas consecuencias.