Periodista cubano denuncia extorsión de guardias colombianos a cubanos inmigrantes

Cientos de cubanos retenidos en Puerto Obaldía.

Atropellos, abusos con madres, niños y hombres, es lo más habitual por parte de los uniformados, quienes a lo largo de la carretera le quitan a cada persona entre 100 y 500 dólares...

Exactamente 20 años después de la última oleada de emigrantes cubanos que en el año 1994 se lanzaron a cruzar el estrecho de la Florida, el Puerto de Obaldía, en Panamá, se ha convertido en el refugio de los nacidos en la Mayor de las Antillas que intentan lograr el sueño americano.

Salir por Ecuador es el paso directo de los cubanos en busca de tan añorado sueño, pero nadie es capaz de imaginar, solamente los que pasan por esto diariamente, los buches amargos, riesgos y vicisitudes que aparecen en el camino. Tras un arduo rigor en el Aeropuerto de la ciudad de Quito o Guayaquil en Ecuador, los nacidos en Cuba buscamos rápidamente la manera de salir. El primer paso es lo más barato del mundo, pues con cinco dólares puedes realizar desde la capital un excelente viaje hasta Tulcan de algo más de cuatro horas, en busca de la frontera.

A partir de ahí, comienza la verdadera lucha migratoria y de supervivencia, donde en la gran mayoría de los casos, la victoria es en favor de los retenes colombianos, quienes se han convertido en la pesadilla del ciudadano cubano en paso por suelo cafetero.

Increíblemente, durante dos años la capital de todos los cubanos, La Habana, ha sido capaz de abrir la puerta para la negociación entre el gobierno colombiano y la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al parecer los culpables somos nosotros que estamos siendo saqueados día a día por miembros del Ejército Nacional.

Atropellos, abusos con madres, niños y hombres, es lo más habitual por parte de los uniformados, quienes a lo largo de la carretera le quitan a cada persona entre 100 y 500 dólares, demostrando falta de hombría y valor, pues solamente son capaces de hacerlo por tener armas largas.

Tras varios días de odisea, y si la suerte te acompaña, puedes llegar a las Playa de Antioquia, donde lo mismo puedes encontrar personas de buen corazón que mafiosos del mar a quienes no les importa si llevan en la lancha o una panga a niños o mujeres, dejándolos tirados a la orilla de una playa muy cerca del istmo panameño. Luego hay que subir y bajar la Loma de La Miel, ya sin el riesgo de ser retenidos por los corruptos guardias colombianos.

Ya en tierras panameñas, se llega a la bella Playa Blanca, donde te dan la bienvenida los oficiales de la frontera. El Servicio Nacional de Fronteras 1ra Brigada Oriental, se convierte en el lugar de residencia de los cubanos, una base militar con un poco más de mil habitantes.

Durante este mes de noviembre, las autoridades han mantenido durante siete días en condiciones infrahumanas a los inmigrantes que deben pagar hospedaje y alimentación, con un gasto aproximado de 20 dólares diarios. Quienes pudieron guardar algo de dinero frente a los retenes colombianos, pues de lo contrario muchos se unen en grupos y cocinan con leña, los productos que se venden a un precio carísimo en las bodegas de esta localidad.

Los cubanos tenemos que hacer maravillas para poder salir de Puerto Obaldía, pues lo normal en este territorio es la salida en días alternos de una avioneta hacia Ciudad de Panamá, por 125 dólares, pero resulta que desde la retención en esta instalación por las autoridades, el precio de los vuelos ascendió hasta los 275 dólares, siendo la tarea más difícil para los nuestros.

Acá he conocido seres humanos que han llegado sin un centavo, víctimas principalmente de los corruptos colombianos, he conocido personas que no podrán viajar al vencerse los siete días de estadía en este lugar: ¿Qué pasará con los cubanos que llegan sin dinero a Puerto Obaldía? ¿Estaremos ante la mirada de una nueva Base de Guantánamo 20 años después?

Espero que este comentario sirva de ayuda a todos los que hemos pasado o están por pasar está amarga experiencia, que solamente es el inicio en busca del sueño americano.

Espero que este comentario le sirva al gobierno de Colombia para darse cuenta que sus guardias de carreteras son los verdaderos coyotes, saqueando los bolsillos antillanos.

Colaboración especial de Nolan Chacón desde Puerto Obaldía