En una crónica publicada por el sitio de los Medias Blancas en el portal de la MLB, la nueva estrella del Chicago habla de cómo extraña a su madre, su relación telefónica diaria, y los valores que ella le inculcó.
CHICAGO - Hay una parte específica del bien cronometrado régimen diario de José “Pito” Abreu que no incluye cruzarse la pelota con sus compañeros de cuadro, ni emplearse a fondo en la práctica de bateo a fin de estar listo para el juego.
Esta otra rutina, si se quiere, cae bajo la categoría del verdadero amor, aun más que el que Abreu siente por el deporte en el que brilló, desde su primer mes en las Grandes Ligas, con los Medias Blancas de Chicago, como muy pocos novatos que le precedieron habían brillado.
Esa rutina cotidiana es el acto simple y reconfortante de llamar a su madre.
"Todos los días. Tengo que hablar con ella todos los días", dice Abreu, a través de un intérprete, el director de relaciones públicas de los Medias Blancas, Lou Hernández.
"Si no, se pone brava conmigo", agrega con una sonrisa .
La madre de Abreu, Margarita Correa, ha sido la fuerza impulsora detrás de su aventura desde Cuba a los Estados Unidos, y de su contrato de 68 millones de dólares en seis años con los Medias Blancas. Fue ella incluso quien escogió el 79 cuando él le pidió que seleccionara un número bueno para su uniforme .
La madre de Abreu salió de Cuba junto con su padre, José Abreu, pero todavía no han llegado a los Estados Unidos. Es una situación que él espera que se resuelva pronto, para que su familia pueda disfrutar de Chicago y de sus hazañas en la liga. Pero la distancia sólo parece hacer que su amor por su madre crezca más, si es que eso fuera posible .
Cuando Abreu compartió recientemente los honores de Jugador de la Semana de la Liga Americana con Kyle Seager, del Seattle, una de las primeras cosas de las que habló a través de otro intérprete ─el director de desarrollo cultural de los Medias Blancas Lino Díaz─ fue de lo orgullosa que estaría su mamá.
Cuando bateó [perdiendo 6-5, con dos outs y bases llenas en el final del noveno inning] un decisivo jonrón contra el cerrador de Tampa Bay, Grant Balfour, el 25 de abril, fue casi como si su "viejita" estuviera allí con él.
“Hablé con ella después del partido y me dijo que estaba celebrando”, recuerda Abreu, cuya esposa, Yusmary, ya está con él en Chicago. “Le pregunté: ‘Eh ¿y por qué estás celebrando si no fuiste tú la que bateó ese jonrón?’ Y me dijo riéndose: ‘Sí señor, fui yo quien bateó ese jonrón’".
"Uno habla con ella por teléfono y oye su voz, [pero] no es suficiente. No he visto a mi madre en 10 meses. El tiempo más largo que había pasado antes lejos de ella fue un mes. Es demasiado. Pero no hay nada que podamos hacer, más que seguir trabajando en eso. Algún día estaremos juntos otra vez", dice.
Estar lejos de su familia le ha provocado sin duda momentos de tristeza al afable pero discreto primera base.
Después de aquel jonrón con las bases llenas hubo un momento en el que Abreu se sentó en el dugout de los Medias Blancas y lloró. Lloró porque la persona a quien más ama en el mundo no estaba allí para celebrarlo con él.
"Ella no está aquí conmigo todavía", dice Abreu. "Te garantizo que si hubiera estado viendo el juego [en el estadio], habría saltado al terreno después de ese jonrón".
Abreu y su hermana tuvieron una buena infancia en Cuba, donde sus padres les dieron todo lo que pudieron darles. Era, según recuerda él, un hogar lleno de amor, y su madre les dedicaba tanta devoción y tanta atención como podía.
"Sabíamos de dónde veníamos, y sabíamos lo que teníamos", dice. "Mi madre es todo para mí. A ella le debo mi vida: absolutamente todo".
Una sonrisa cruza el rostro de “Pito” Abreu cuando se le pregunta si su madre era aficionada a los deportes. Ella apoyó sus esfuerzos, pero como ama de casa consagrada a sus hijos, no le prestaba mucha atención al mundo de los deportes.
Mientras se acercaba el Día de las Madres, aún con la suya ausente, Abreu aseguró que él es la buena persona que es, y que ya se ha convertido en un pilar de los Medias Blancas, gracias a la influencia de su madre y padre.
"La mejor lección que aprendí de mi madre y de mi padre, algo que nos inculcaron mientras crecíamos, es que uno debe tratar de ser siempre con todos la mejor persona que pueda ser", dijo Abreu. "Eso le enseña al mundo la clase de persona que tú eres".
(original de Scott Merkin / MLB.com )
Nota: El cienfueguero José Dariel "Pito" Abreu se colocó el viernes como líder de jonrones de las Grandes Ligas con su 13er cuadrangular de la campaña, para ayudar a los Medias Blancas a derrotar 8-3 a los Diamondbacks de Arizona. Abreu participó como bateador designado, debido a una molestia en el tobillo izquierdo. Bateó de 4-3 y remolcó dos carreras para llegar a 37 impulsadas, la mayor cifra de la temporada en la Liga Americana.
Esta otra rutina, si se quiere, cae bajo la categoría del verdadero amor, aun más que el que Abreu siente por el deporte en el que brilló, desde su primer mes en las Grandes Ligas, con los Medias Blancas de Chicago, como muy pocos novatos que le precedieron habían brillado.
Esa rutina cotidiana es el acto simple y reconfortante de llamar a su madre.
"Todos los días. Tengo que hablar con ella todos los días", dice Abreu, a través de un intérprete, el director de relaciones públicas de los Medias Blancas, Lou Hernández.
"Si no, se pone brava conmigo", agrega con una sonrisa .
La madre de Abreu, Margarita Correa, ha sido la fuerza impulsora detrás de su aventura desde Cuba a los Estados Unidos, y de su contrato de 68 millones de dólares en seis años con los Medias Blancas. Fue ella incluso quien escogió el 79 cuando él le pidió que seleccionara un número bueno para su uniforme .
La madre de Abreu salió de Cuba junto con su padre, José Abreu, pero todavía no han llegado a los Estados Unidos. Es una situación que él espera que se resuelva pronto, para que su familia pueda disfrutar de Chicago y de sus hazañas en la liga. Pero la distancia sólo parece hacer que su amor por su madre crezca más, si es que eso fuera posible .
Cuando Abreu compartió recientemente los honores de Jugador de la Semana de la Liga Americana con Kyle Seager, del Seattle, una de las primeras cosas de las que habló a través de otro intérprete ─el director de desarrollo cultural de los Medias Blancas Lino Díaz─ fue de lo orgullosa que estaría su mamá.
Cuando bateó [perdiendo 6-5, con dos outs y bases llenas en el final del noveno inning] un decisivo jonrón contra el cerrador de Tampa Bay, Grant Balfour, el 25 de abril, fue casi como si su "viejita" estuviera allí con él.
“Hablé con ella después del partido y me dijo que estaba celebrando”, recuerda Abreu, cuya esposa, Yusmary, ya está con él en Chicago. “Le pregunté: ‘Eh ¿y por qué estás celebrando si no fuiste tú la que bateó ese jonrón?’ Y me dijo riéndose: ‘Sí señor, fui yo quien bateó ese jonrón’".
"Uno habla con ella por teléfono y oye su voz, [pero] no es suficiente. No he visto a mi madre en 10 meses. El tiempo más largo que había pasado antes lejos de ella fue un mes. Es demasiado. Pero no hay nada que podamos hacer, más que seguir trabajando en eso. Algún día estaremos juntos otra vez", dice.
Estar lejos de su familia le ha provocado sin duda momentos de tristeza al afable pero discreto primera base.
Después de aquel jonrón con las bases llenas hubo un momento en el que Abreu se sentó en el dugout de los Medias Blancas y lloró. Lloró porque la persona a quien más ama en el mundo no estaba allí para celebrarlo con él.
"Ella no está aquí conmigo todavía", dice Abreu. "Te garantizo que si hubiera estado viendo el juego [en el estadio], habría saltado al terreno después de ese jonrón".
Abreu y su hermana tuvieron una buena infancia en Cuba, donde sus padres les dieron todo lo que pudieron darles. Era, según recuerda él, un hogar lleno de amor, y su madre les dedicaba tanta devoción y tanta atención como podía.
"Sabíamos de dónde veníamos, y sabíamos lo que teníamos", dice. "Mi madre es todo para mí. A ella le debo mi vida: absolutamente todo".
Una sonrisa cruza el rostro de “Pito” Abreu cuando se le pregunta si su madre era aficionada a los deportes. Ella apoyó sus esfuerzos, pero como ama de casa consagrada a sus hijos, no le prestaba mucha atención al mundo de los deportes.
Mientras se acercaba el Día de las Madres, aún con la suya ausente, Abreu aseguró que él es la buena persona que es, y que ya se ha convertido en un pilar de los Medias Blancas, gracias a la influencia de su madre y padre.
"La mejor lección que aprendí de mi madre y de mi padre, algo que nos inculcaron mientras crecíamos, es que uno debe tratar de ser siempre con todos la mejor persona que pueda ser", dijo Abreu. "Eso le enseña al mundo la clase de persona que tú eres".
(original de Scott Merkin / MLB.com )
Nota: El cienfueguero José Dariel "Pito" Abreu se colocó el viernes como líder de jonrones de las Grandes Ligas con su 13er cuadrangular de la campaña, para ayudar a los Medias Blancas a derrotar 8-3 a los Diamondbacks de Arizona. Abreu participó como bateador designado, debido a una molestia en el tobillo izquierdo. Bateó de 4-3 y remolcó dos carreras para llegar a 37 impulsadas, la mayor cifra de la temporada en la Liga Americana.